Diseñado en la Escuela de Educación Técnica N°5 de Mar del Plata, el MDQubeSAT1 San Martín pesa 461 gramos. Brindará servicios de comunicación en áreas aisladas sin conectividad.
Cuando en 2019 el profesor de la materia Electrónica Aplicada de la Escuela de Educación Técnica Número 5 de Mar del Plata les propuso a sus estudiantes hacer un satélite, el desafío fue aceptado con timidez y hasta incredulidad. Casi tres años después, en enero de 2022 ese satélite tomó cuerpo y será lanzado este jueves en un cohete Falcon 9 desde el Centro Espacial Kennedy de Cabo Cañaveral, en Florida, Estados Unidos.
“Primero los alumnos no levantaban la mano ni locos porque era un desafío muy grande. Hasta que se animó uno, dos, tres, cuatro hasta ser mayoría”, recuerda el docente Alejandro Cordero, líder del proyecto y CEO de Innova Space, la compañía que nació para que el primer picosatélite construido en la Argentina deje el aula marplatense y se convierta en un desarrollo profesional.
Los satélites se pueden clasificar y reciben un nombre según su tamaño y peso; en este caso se trata de un picosatélite que se puede sostener en una mano ya que tiene una dimensión de 10 por 10 por 5 centímetros y un peso de 461 gramos. Luego de su lanzamiento previsto para el 13 de enero a las 12.25, hora argentina, y si las condiciones climáticas lo permiten, estará en una órbita polar a unos 400-500 kilómetros de altura.
Para Cordero los satélites pequeños tienen una serie de ventajas como la posibilidad de producirse un gran número en poco tiempo y con bajo costo de lanzamiento. “Es como un flete terrestre -compara- si un paquete pesa un kilo tiene un precio y el de 100 kilos otro, es más caro. Esto es lo mismo, en este caso el transporte es el cohete. Eso nos permite lanzar muchos más satélites con el mismo costo que el de un solo satélite convencional”.
Los picosatélites funcionan en una constelación para contar con mayor grado de cobertura en comunicación es por eso que el MDQubeSAT1 San Martín será el primero de la constelación Libertadores de América.
La principal aplicación de estos picosatélites es comunicar, brindar conexión a Internet en lugares aislados y está pensado para asistir con servicios al sector productivo. “Lo vamos a comercializar recién dentro de dos años. Ahora, como siempre se hace en esta industria, haremos todas las pruebas de concepto para dejar óptimo el sistema”, adelanta el docente quien también es técnico electrónico, licenciado en Educación a lo que se le suman posgrados en Negocios y en Tecnología.
Acompañar a San Martín en el espacio
El lanzamiento del primer microsatélite argentino MDQubeSAT1 Misión 1 San Martín se podrá seguir junto a sus creadores que estarán en Tecnópolis con autoridades del Gobierno nacional, el 13 de enero a partir de las 12 en el canal de YouTube Innova Space – Satellite Technology.
El satélite será lanzado desde el Centro Espacial Kennedy de Estados Unidos de la NASA a través del cohete Falcon 9 de la empresa SpaceX, fundada por el megamillonario Elon Musk.
La fecha y el horario pueden variar si no se dan las condiciones metereológicas necesarias. “Esto es muy cambiante, puede pasar que llueva y se cancele, que haya un huracán, una tormenta tropical, incluso si hay palomas se posterga horas”, explica el líder del proyecto, Alejandro Cordero, mientras espera con emoción el gran día.
La aspiración del profesor y de los 12 estudiantes que trabajaban a diario en el diseño de un satélite no sólo atrajo la atención de los medios de comunicación marplatenses, sino también de la aceleradora de proyectos Neutrón que realizó una primera inversión en 2019. Eso motivó a que Cordero junto a dos ex alumnos, Luca Uriarte e Iván Mellina, crearan la startup Innova Space. Y en el año 2020 obtuvieron el financiamiento por 14.500.000 de pesos de un Aporte No Reembolsable (ANR) del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación.
“La inversión del proyecto -detalla Cordero- fue de alrededor de 250.000 dólares de la aceleradora y otros 150.000 del ANR, con eso tuvimos fondos para el satélite, el lanzamiento y más de un año de trabajo”. En el proyecto también intervinieron instituciones públicas como la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), que trabajó en el ensamble de los paneles solares del picosatélite. Además, en las instalaciones del Grupo de Estudios del Medio Ambiente (GEMA) de la Universidad de La Plata se expuso al equipo a ensayos de vibraciones con el fin de determinar su calificación para el lanzamiento, que superó con éxito.
El nombre de la constelación Libertadores de América surgió “para expresar la libertad de poder comunicarse y hacer todo lo que queramos; tiene que ver con el espíritu libertador de todos lo que pensaron en esta América grande”, expresa Cordero.