Economistas de distintas tendencias coincidieron en que la última propuesta de canje de deuda del Gobierno nacional permitió acercar posiciones, y que con los acreedores más duros aún queda margen y tiempo para continuar con las negociaciones.
El Gobierno presentó el lunes pasado la cuarta propuesta de reestructuración de deuda bajo ley extranjera, que fue bien recibida por el mercado y por una parte importante de los bonistas entre los que se encuentran los fondos Fintech, Gramercy y Greylock.
No obstante, los miembros del grupo Exchange y del comité de acreedores Ad Hoc decidieron no aceptar la propuesta y pidieron seguir negociando.
Mariela Díaz Romero, economista senior de Econviews, dijo que el Gobierno con la última propuesta buscó generar atractivo para los tenedores de bonos con mayor protección legal -indenture 2005-, un umbral mínimo de participación y un reconocimiento de intereses corridos
«La nueva propuesta permite conservar las cláusulas de acción colectiva pautadas en un 85%, algo que era requerido por los bonistas del canje 2005. Sin embargo, algunos grupos de acreedores pedían ir más allá, y querían obtener esa misma protección legal para todos los que ingresaran al canje, algo que no se concedió en la nueva propuesta», describió.
Para la economista, los grupos de acreedores más duros -Ad Hoc y Exchange- poseerían alrededor de un tercio de los bonos Globales y otro tercio de los bonos de los canjes de 2005 y 2010, con lo cual su voluntad de participar es decisiva a la hora de determinar la suerte de la propuesta actual.
«Si bien se ha acercado, la propuesta actual valuada a US$ 53 asumiendo una exit yield (tasa de salida) de 10% todavía está algo lejos de las presentadas por estos grupos más duros, que piden alrededor de US$ 60» por cada US$ 100 de valor nominal, precisó.
En este sentido, señaló que si bien la oferta del Gobierno achicó diferencias con los bonistas en materia legal y financiera, «todavía no está claro que la oferta actual sea la última y definitiva».