El gobierno nacional oficializó la salida de Florencia Misrahi de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) y designó a Juan Pazo como su sucesor. La noticia fue publicada a través del Decreto 1078/2024 en el Boletín Oficial, que establece tanto el despido de Misrahi como el nombramiento de Pazo, quien hasta ahora se desempeñaba como secretario de Coordinación de Producción.
El decreto justifica el despido de Misrahi señalando que la funcionaria “se apartó de uno de los ejes centrales de este gobierno, que es la simplificación del régimen tributario”. La medida está relacionada con la implementación de cambios en el sistema impositivo, particularmente en lo que respecta a la tributación de los streamers e influencers, quienes fueron incorporados a un régimen más estricto, lo que provocó un aumento en su carga tributaria. Este cambio fue uno de los factores que, según fuentes gubernamentales, habría motivado la salida de Misrahi.
Además de su salida de ARCA, el gobierno también decidió que Juan Pazo deje su puesto como Secretario de Relaciones Institucionales de la Cancillería, un cargo que ocupó solo una semana. Este puesto será ocupado ahora por Pablo Quirno, actual secretario de Finanzas. Aún no se ha anunciado quién ocupará el puesto de Secretario de Relaciones Institucionales de la Cancillería, un área clave en las relaciones diplomáticas y que también gestiona, entre otras tareas, las licitaciones de deuda pública.
La salida de Misrahi y el movimiento de Pazo forman parte de una serie de reestructuraciones dentro del área económica del gobierno, las cuales parecen fortalecer aún más la posición del ministro de Economía, Luis Caputo. En particular, Caputo ha colocado a varios de sus colaboradores de confianza en puestos clave, asegurando el control de las principales áreas de gestión económica. Este patrón de nombramientos refleja el esfuerzo del ministro por consolidar un equipo alineado con su visión y prioridades económicas.
Desde la disolución y creación de ARCA, la salida de Misrahi comenzó a especularse por diversos motivos, incluyendo el fuerte recorte en su salario, que pasó de $32 millones a $4 millones, lo que generó tensiones internas. A pesar de esta reestructuración, los titulares de la Dirección General Impositiva (DGI), Andrés Vázquez, y de la Dirección General de Aduanas (DGA), José Andrés Velis, se mantienen en sus cargos, lo que indica que no se prevén cambios en esas áreas clave del sistema tributario y aduanero.
Este movimiento en el gabinete y las agencias vinculadas al sistema económico nacional subraya el enfoque del gobierno en la simplificación tributaria y la necesidad de alinear a sus funcionarios con estas prioridades. Sin embargo, las modificaciones también reflejan las tensiones internas sobre cómo gestionar la recaudación, los impuestos y las políticas fiscales en un contexto económico complejo.