El fútbol uruguayense llora la partida de un exepcional goleador

En 1962 marcó el record de goles en un campeonato: 43; encabezó la tabla de goleadores en los torneos oficiales de 1962, 1963, 1964, 1965, 1966, y 1967.

Por Alfredo Guillermo Bevacqua

Oscar Aníbal Morales forma parte de un pasado inevitablemente ido. Como dice el profesor Julio Eduardo Giqueaux en un bello poema, la vida cumplió en él “la redondez impiadosa de su ciclo”.
Fue protagonista del fútbol uruguayense en un tiempo en que todo era distinto; el fútbol –aquí- tampoco era profesional en su época; categoría que se reserva hoy para muy pocos en la ciudad. En la década del ’60 era uno de tantos que a las tres de la tarde, emergían en mas de un mil bicicletas, por el portón de calle Jordana, terminando una jornada de trabajo en el recordado “Ministerio”. Cruzaba la ciudad de sur a norte, sin imaginar aún, que en algún tiempo cercano, desde su casa no podría contemplar el río, pero si las tribunas de un estadio que llevaría por nombre, el de aquel dirigente que hasta sus días finales recordaría –simplemente- como “el Dotor”; quien mas de una vez lo llamó “a la montañita que estaba al lado del vestuario, para decirle que ‘no fuera mezquino, que le diera mas seguido la pelota a Mingo’. Claro, Mingo era el hermano y como él, goleador, y en el fútbol dicen que los goleadores son egoístas…
Fue y será emblema de un fútbol uruguayense que nos ha dejado el interrogante de porque jugadores de tanto talento y calidad, no trascendieran los límites ciudadanos. Hubo muchos talentosos, técnicamente dotados; tal vez, éramos una ciudad muy pequeña y Buenos Aires ya era gigantesca. Además, aún había potreros, que fueran el documento de identidad de un fútbol que podía lucir en su pecho un cartel que decía “País con potreros”. Y en esos duros y desparejos terrenos forjaron su técnica y su habilidad jugadores que solo “vimos jugar” en las voces de Fioravanti, Lalo Pelliciari, Bernardino Veiga o “el gordo” Muñoz.
De ese tiempo fue “Cabeza” Morales. Decían que era lento, que no le gustaba correr. Es posible que no desbordara por la punta, que no superara en velocidad a un marcador; pero era, siempre, el más inteligente. Es probable que en el primer corner, no ganara en el cabezazo; pero a él le servía para saber que espacios quedaban vacíos, por donde llegar, ganar y convertir su cabezazo en gol.
No regaba con sudor campos de juego; iluminaba con inteligencia y capacidad técnica los 665 metros cuadrados del área; allí, en su hábitat, resolvía a base de intuición y sabiduría; allí, donde una décima de segundo es decisiva, “Cabeza” demostraba que no era un jugador lento. Desde esa reducida superficie de una cancha escribió junto a su hermano José María, la historia de un apellido que se hizo leyenda durante dos décadas en Gimnasia y en todo nuestro fútbol lugareño. Ayer, perdió la batalla que libraba desde hace tiempo. El miércoles 26 de noviembre había cumplido 83 años.-

Hoy, se hubiera llevado la pelota…
En 1959, el torneo de la Liga Departamental de Fútbol terminó con Atlético Uruguay y Gimnasia y Esgrima empatados en la primera posición. El Concejo Directivo de la Liga dispuso entonces jugar un único partido final, en cancha de Atlético, situada en ese entonces frente al cementerio.
Gimnasia jugó como si lo hiciera en su cancha: goleó 8 a 0, y el apellido Morales aportó 5 goles; dos José María y Oscar Aníbal hizo un triplete; dos fueron conseguidos por “la Pulga” Parra y el restante por el wing izquierdo Luis Etchepare.
Así, en la goleada histórica al clásico rival, en el resultado y en la cifra única en 100 años de historia futbolera uruguayense, “Cabeza” se erigió en la figura y máximo anotador, y dio su segunda vuelta olímpica con la camiseta mensana.
Hoy, se estila que quien marque 3 goles se lleve la pelota.

Sinonimia: Morales – Gol
La década y media que transcurrió entre 1952 y 1967 en el fútbol uruguayense la tabla de goleadores tuvo en 14 oportunidades un mismo apellido Morales; solo en 1956, se vio alterada esa singularidad: Oscar Rafael Giano, un símbolo del archirrival –Atlético Uruguay- al consagrarse goleador con 21 tantos. En 1952 se inicia la dinastía Morales en el reino del gol. En los campeonatos oficiales de 1952, 1953, 1954, 1955, 1957, 1958,1959, 1961 (1960 no hubo competencia oficial), encabezó la tabla de goleadores, José María Morales, “Mingo” el hermano mayor de “Cabeza” Morales, emblema y símbolo del fútbol de nuestra ciudad en la década del ’50.
En 1962 Oscar Aníbal Morales fue el goleador marcando una cifra record, 43 goles; difícil de superar en los tiempos presentes. (Se podrá decir que Lionel Messi en la temporada 2011-12 envíó la pelota a la red en 96 oportunidades, pero jugó 74 partidos, es decir uno cada 4 días, o que José Alberto Velázquez marcó 222 goles en 198 partidos). “Cabeza” en 1963, marcó 27; en 1964, 33 goles; en 1965, 26; en 1966, 15 y en 1967, 22 goles. Desde entonces, ningún jugador se repitió seis años consecutivos como máximo goleador, ni nadie superó la cifra de 43 goles en un campeonato local. Es un record que ostentó, en silencio y con extrema humildad, Oscar Aníbal Morales.

Todas sus vueltas olímpicas
En su carrera futbolística se pueden recordar 13 títulos de campeón, pero no se nos ocurre señalar alguno por sobre otro. Al cabo, el halago de ser campeón ha de ser algo indescriptible para cada uno y puede ser que el mas humilde sea el mas sentido y el que mas se atesore. Ser “campeón de los barrios”, ser “campeón del Nocturno”, ser “campeón con Gimnasia”, ser “campeón Entrerriano” y dar la vuelta olímpica en Paraná (¡Ser Campeón de América y dar la vuelta en el Maracaná!…)
Oscar Aníbal Morales fue el mas campeón en los tradicionales y multitudinarios campeonatos de los barrios. Fue campeón con América –del “gordo” Lustre- en el verano del 56/57, organizado por Racing en la cancha del balneario; integrando el equipo de Don Fulgencio, fue bicampeón del Nocturno de Atlético Uruguay en las temporadas 1964/65 y 1965/66; y en el 1966/67, jugó en Cines Unidos, comandado por “Quique” Lanza y se coronó campeón; estos tres títulos fueron bajo la luz amarillenta de la vieja cancha de Atlético.
En la década del ’70 cambió de escenario el “Nocturno”; “el Sapo” Lacava, presentador de los equipos, decía que se jugaba “en el giorno” de Gimnasia, y nuevamente Oscar Aníbal Morales se coronó campeón en dos temporadas consecutivas con Cines Unidos: 1970/71 y 1971/72; buscó el tri, en el 1972/73, pero se lo birló Don Miguel. En total, 6 veces campeón. Es válida la digresión: en ese entonces Uruguay tenía 4 cines: Texier, Rocamora, Rex y San Martín.
Integró los equipos campeones de Gimnasia de los años 1958, 1959, 1961, 1962, 1966 y 1973; y en 1968, integró el seleccionado de la Liga Departamental, que el 20 de Junio venció en Paraná por 3 a 2, a la selección capitalina, clasificándose campeón entrerriano en la Copa Béccar Varela, en ese entonces máxima competencia del fútbol del interior, en una jornada histórica para el fútbol uruguayense; fue su último partido en equipos seleccionados de la Liga.-