La pandemia no impidió la realización de la 35ª edición de la muestra cinematográfica pero la obligó a una serie de cambios: no hay proyecciones en salas pero sus funciones virtuales son de acceso libre y gratuito.
Extrañando el ambiente cinéfilo que domina a la ciudad balnearia, durante la realización del encuentro durante noviembre, pero, a la vez, valiéndose de la tecnología para llegar más lejos y a más público, el Festival de Cine de Mar del Plata comenzó con la proyección de La hora de los hornos, en homenaje a Fernando ‘Pino’ Solanas, referencia cinematográfica del cine con contenido político, fallecido el pasado 6 de noviembre. Además del visionado a través de la página oficial de la muestra, la plataforma Cine.ar Play tendrá durante estos días de la cita todos los filmes, excepto los que toman parte de las competencias Internacional, Latinoamericana y Argentina del único festival clase A de la región, distinción que comparte con muestras de la jerarquía de Cannes, Berlín, Venecia y San Sebastián. Las tres secciones competitivas de la edición 35 requieren reserva de visionado previa, mientras que el acceso al resto del catálogo es irrestricto. «Hemos dedicado esta edición del festival a Pino Solanas, figura relevante e irremplazable por su gran compromiso con el cine, la cultura y la política de nuestro país», destacó el presidente de la edición 2020, Fernando Juan Lima. Del cineasta y militante político, fallecido a los 84 años, en París, víctima del coronavirus, se proyectan, además del documental que realizó junto a Octavio Getino, sus ficciones: Sur (premio al mejor director en Cannes), El exilio de Gardel (premio especial del jurado en Venecia) y El viaje. «El festival es más compacto en número de películas», reconoció Lima en declaraciones a Télam, a la vez que aclaró que «el acento se puso en conservar las secciones competitivas». La competencia internacional reúne 10 filmes, entre ellos cuatro argentinos: Isabella (quinta entrega de su saga Las Shakesperiadas), de Matías Piñeiro; el luminoso Las mil y una, de Clarisa Navas; el ejercicio ensayístico Adiós a la memoria, de Nicolás Prividera, y Nosotros nunca moriremos, que viene de tomar parte de la selección oficial de San Sebastián.