El Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano advirtió en su último informe que la tasa de desempleo real habría llegado al 18,7% en el segundo trimestre de este año, el valor más alto desde 2002. En aquel año llegó a su máximo histórico con 19,7%.
El dato de la Universidad de Belgrano supera en 5,6 puntos porcentuales al 13,1% captado por la Encuesta Permanente de Hogares del Indec en igual período y obedece a que el relevamiento del Indec, al atenerse a la metodología histórica, no contempló a las personas impedidas por la pandemia y la cuarentena de buscar activamente un puesto laboral. Cabe recordar que el número de desempleo surge de dividir la cantidad de personas que en la semana de referencia no tenían trabajo y buscaron activamente un puesto, sobre la cantidad de personas que integran la población económicamente activa (PEA), es decir las personas de entre 15 y 64 años de edad que trabajan o buscan trabajar. Es habitual que el desempleo sea subestimado por las estadísticas oficiales por el efecto «desánimo», es decir gente que no buscó trabajo justo en la semana de referencia ya cansada de buscar y no encontrar, pero este efecto es relativamente estable. Esta vez, en cambio, el Indec registró «un salto abrupto en la categoría de inactivos disponibles para trabajar -personas que perdieron su trabajo y no habrían podido salir a buscar uno nuevo-, cuyo total representaría 1,3 millones de personas. Si se suman a los 2,2 millones que el Indec computó como desocupados, da un total de 3,5 millones de desempleados», detalló el informe del CENE. «Llama la atención la caída que aparece en el porcentaje de población activa. En efecto, la tasa de actividad cae de un 47,1 a un 38,4%, valor mínimo de la serie histórica analizada. La caída en la tasa de actividad indica que hay un aumento de la población que no está ni ocupada ni desocupada. ¿Quiénes son? Los desocupados que, al momento de la encuesta, si bien no tienen ocupación, tampoco están buscando activamente trabajo. No es de extrañar que esta categoría haya tenido un brusco incremento. ¿Cómo podían estar buscando trabajo si, por efecto de la cuarentena, no podían salir de sus casas?», dijo Víctor Beker, economista y director del CENE. «En realidad, son desocupados privados de buscar empleo. Y se trata tan sólo de una estimación de mínima», advirtió el economista e investigador.