El alcohol y los adolescentes

El consumo excesivo de alcohol es un problema sanitario de primer orden. Ya se saben las consecuencias que conlleva para la salud durante la edad adulta, pero la época en que muchas personas se inician ha ido avanzando hacia el principio de la adolescencia.
Un estudio experimental y exhaustivo de las repercusiones que puede tener a largo plazo publicado en Frontiers in Behavioral Neuroscience, arroja resultados demoledores, y deberían estimular la aplicación de políticas preventivas eficaces para proteger la relativa fragilidad del cerebro de los adolescentes. Según este estudio, el consumo de alcohol durante la adolescencia altera permanentemente el llamado eje hipotalámico-pituitario-adrenal (eje HPA), que relaciona el cerebro con las glándulas endocrinas del cuerpo, y regula aspectos tan importantes como el estrés, el estado de ánimo, las emociones, la sexualidad, el sistema inmunitario, la digestión y la gestión de la energía corporal.
Evolutivamente los roedores son nuestros parientes más cercanos, después de los primates. Los investigadores tomaron ratas en un estadio cerebral equivalente al de la adolescencia humana y las indujeron a consumir alcohol durante tres días consecutivos (comparable a la ingesta juvenil promedio de un fin de semana). Tras dejarlas reposar unos días, repitieron la operación y ya no les volvieron a administrar más.
Cuando las ratas llegaron a la edad adulta todos los ejemplares presentaban deficiencias en cuanto a la activación del sistema inmunitario. Y se observó que las diferencias entre machos y hembras eran muy importantes: la afectación era mucho mayor en los machos.
En cuanto a los niveles de estrés también estaban claramente alterados.
Pero a diferencia de lo que pasaba con el sistema inmunitario, en este caso la afectación era mucho mayor en las hembras. Las conclusiones que se pueden sacar de este estudio son contundentes. El consumo de alcohol durante la adolescencia, aunque se haga de manera ocasional y se abandone completamente en la edad adulta, tiene consecuencias de salud y de comportamiento para el resto de la vida.