Definido por la revista Variety como «una especie de símbolo sexual cerebral», a partir de los personajes difíciles que había abordado a lo largo de su extensa carrera, como el Luis Molina en El beso de la mujer araña con que se alzó con el Oscar al Mejor Actor en 1985, William Hurt falleció a los 71 años. Además del premio por el filme del brasileño Héctor Babenco, en donde interpretó a un homosexual acusado de seducir a un menor que debe convivir en el estrecho espacio de una celda con Valentín Arregui (Raúl Juliá), un militante de izquierda, Hurt fue nominado tres veces más a los Oscar por Detrás de las noticias (Broadcast news, 1987) y Te amaré en silencio («Children of a Lesser God,1986) como mejor actor protagónico y como mejor actor de reparto por Una historia violenta (A history of violence, 2005). La apreciación de Variety no podría ser más acertada en tanto el actor estadounidense construyó una carrera sólida aun cuando en la década de los 80 la industria quiso encasillarlo en el rol de galán.
Pero Hurt finalmente eludió la tentación de convertirse en el personaje del momento para transitar su propio camino más allá de su apariencia física, en donde la composición de los roles que eligió tenían un perfil bien delineado a los que le podía incorporar su impronta.









