La incidencia de enfermedades mentales en el mundo occidental aumenta, advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS). Paralelamente, también han experimentado un impulso la detección y visibilización de unos trastornos que durante mucho tiempo sólo han sido un pie de nota en la conversación sobre la salud poblacional, pese a su enorme impacto en la economía: el costo global de las enfermedades mentales podría ascender a 6 billones de dólares en 2030 (Informe Mundial Sobre Salud Mental. OMS, junio 2022). Además, se estima que 1.000 millones de personas conviven con una enfermedad mental. Por eso, el organismo define la necesidad de actuar en este campo como «indiscutible y urgente». Y en este empeño la promoción y protección de la salud mental en el ámbito laboral es «una esfera de interés creciente», apunta. El mundo laboral es un entorno íntimamente relacionado con la creciente preocupación por el bienestar psicológico de la población. Según un informe del portal de empleo Infojobs, hasta el 50% de los problemas de salud mental de la población ocupada tiene alguna relación con el trabajo. El ámbito del emprendimiento merece una mención aparte. Para dar respuesta a esta problemática, el propio emprenderudismo ha dado ya a luz a diversas iniciativas. Entre ellas se encuentra la start-up Ancla.Life, una asociación sin fines de lucro que ofrece a los emprendedores una comunidad de apoyo, contenidos de divulgación e investigación, y una plataforma con herramientas para promover el bienestar psicológico.
Ancla.Life publicó a finales de 2022 el primer informe de resultados del programa, que evidenciaba un impacto positivo en la salud mental de los participantes. Una de las metas de la asociación es dar voz a los problemas de salud mental que experimentan los emprendedores. Pero la problemática de relación entre salud mental y emprendimiento no puede reducirse a un esfuerzo individual o puntual. El estudio evidencia una correlación entre la ocupación emprendedora y la incidencia de problemas de salud mental: el 50% de los participantes mostraba síntomas de estrés moderados, severos o muy severos; el 40% de ansiedad, y el 35% de depresión. Del informe de resultados de Ancla.Life también se desprende una tendencia entre los emprendedores a tener hábitos de vida menos saludables, tales como mayores índices de tabaquismo y consumo de alcohol que la media de la población. Las dependencias son una forma de tapar un vacío que no estamos atendiendo. Todos, como sociedad.
Editorial… Emprendedores

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