Editorial. Aplicación

Cualquiera puede ser una estrella porno, aún sin que se lo proponga. Basta que alguien se baje una nueva y controvertida aplicación a su teléfono celular que le permitirá introducir una foto de cualquier persona para sustituir el rostro de un video pornográfico. El sitio web en cuestión llama la atención por su sencillez. Sobre un fondo blanco, un enorme botón azul invita a los usuarios a subir una foto de una cara. Debajo del botón, cuatro caras generadas por inteligencia artificial (IA) permiten probar el servicio. Solo hace falta subir la imagen y presionar ese botón. Por ahora, la aplicación (que se evita aquí mencionar para evitar atraer tráfico a ese sitio), cuenta con una pequeña base de usuarios. Los contenidos generados por IA se han utilizado antes para crear representaciones pornográficas de mujeres, a veces con consecuencias devastadoras para ellas. El sitio Reddit que popularizó la tecnología, cambiaba las caras de las mujeres famosas en los videos porno. Se estima que el 95% de esos videos deepfake son pornografía sin consentimiento, y casi todos tienen como protagonistas/ víctimas a mujeres. Mientras la tecnología avanza han ido surgiendo numerosas herramientas sin código fáciles de usar, que permiten a los usuarios quitar la ropa de los cuerpos femeninos en las imágenes. Muchos de estos servicios han sido forzados a salir de internet, pero el código todavía existe en los repositorios de código abierto y han seguido resurgiendo en nuevas formas. El último sitio de este tipo recibió más de 6,7 millones de visitas en agosto pasado y aún no se ha eliminado de la web.
Ha habido otras apps de intercambio de caras con una sola foto, como ZAO y ReFace, que colocan a los usuarios en escenas elegidas de distintas películas. Pero, como primera app pornográfica dedicada al intercambio de rostros, ésta lleva el tema a un nuevo nivel. Y es increíblemente fácil de usar. Cuando el usuario sube la foto de una cara, el sitio abre una biblioteca de videos porno. La gran mayoría son de mujeres, aunque un pequeño número también es de hombres. Luego, el usuario puede seleccionar cualquier video para generar en segundos una vista previa del resultado del intercambio de caras y pagar para descargar la versión completa. Prohibir dicho contenido en las redes sociales, e incluso hacer que su creación o uso sea ilegal, sería la solución más indicada. Aunque los libertarios se indignen.