Por Carlos Heller
Luego de las elecciones de mediados del mes próximo y marzo de 2022 podría cerrarse un nuevo programa con el FMI. En estos meses fue descartado un acuerdo extraordinario de 20 años porque el Fondo no lo tiene en su menú. Para incorporarlo se necesita de un pacto político entre los países que lo controlan, en especial de Estados Unidos y las potencias europeas. No ha habido y no parece que haya en el corto plazo voluntad política de los dueños del Fondo para avanzar en ese sentido.
El gobierno de Alberto Fernández rubricaría entonces un acuerdo de Facilidades Extendidas tradicional a 10 años con la posibilidad de ser modificado si más adelante el FMI mejora las condiciones con otro programa.
Ahora bien, no hay que ser vidente para indicar que el plan de pagos de esa deuda inmensa a 10 años, con 4 de gracia para cancelar capital, será igualmente difícil de cumplir. Aparecen por lo tanto dos interrogantes básicos con las cifras que tendrán que figurar en el programa de refinanciación, que el FMI no lo presentará de ese modo sino como un nuevo acuerdo, que será la forma de archivar el fiasco más impresionante de su historia:
1. ¿Cuál debería ser el superávit de las cuentas externas necesarias para pagar intereses y capital de la deuda con acreedores privados y el FMI?
2. ¿Cuál debería ser el saldo de las cuentas fiscales para generar el excedente básico para cumplir con los acreedores en moneda extranjera?
Esas dos cifras definidas en el futuro acuerdo serán analizadas con mucho detalle por economistas y financistas para determinar si son consistentes. Evaluación que es clave porque definirá la posibilidad de la apertura del mercado internacional de crédito, instancia imperiosa para refinanciar los vencimientos de capital de la deuda y aliviar de ese modo las exigencias fiscales y financieras.
Según el esquema de pagos acordado por el gobierno de Macri por el insólito crédito de 55.000 millones de dólares, de los cuales se desembolsaron casi 45.000 millones, se debería devolver este monto entre septiembre de este año y el mismo mes de 2024. El gobierno de Alberto Fernández terminará pagando intereses por unos 1.860 millones de dólares (560 en 2020 y 1300 en este año). Además, ya pagó el mes pasado una cuota de capital correspondiente a 2021 por unos 1.900 millones de dólares con los recursos recibidos del propio FMI. En diciembre está pendiente otra cuota de capital por igual monto.