Dos fondos cumplieron con el país

Y, finalmente, PIMCO y Templeton abandonaron los pesos argentinos; una opción que seguramente representó una de las peores inversiones de la larga y fructífera historia de los dos grandes fondos internacionales. Ambas casas cumplieron su palabra e ingresaron en el llamado a licitación de los u$s750 millones que el Ministerio de Economía completó el martes, y pudieron pasar la mayoría de sus tenencias en moneda local a divisas. Con esto, Martín Guzmán logró un paso más en su estrategia de quitar presión sobre el contado con liqui (CCL) y garantizarse estabilidad cambiaria en ese mercado alternativo legal. La de PIMCO y Templeton representó una salida segura y ordenada de sus posiciones en títulos públicos en pesos, culminando una agria experiencia de apuesta por la Argentina, cubriendo el peor período de la historia financiera de este país. De alguna manera, fue un acuerdo “win-win”, que, como caballeros, Economía, PIMCO y Templeton respetaron. La foto del día después habla de un Gobierno que sorteó al precio de la emisión de más deuda en dólares y a alta tasa para evitar temblores cambiarios, pero al precio de haber terminado de tener como protagonistas del mercado local a dos de los principales referentes del mundo financiero internacional. Ambos terminan una historia bastante complicada para sus casi siempre exitosas decisiones de inversión. El fondo Pacific Investment Managment Co. fue el mayor apostador del Bono de Política Monetaria (BoPoMo), una invención elaborada y lanzada al mercado argentino el 21 de junio de 2017 por Luis “Toto” Caputo, en el tiempo en el que trabajaba como ministro de Finanzas del Gobierno de Mauricio Macri. El total de la emisión llegó a los $118.523.433.743, y pagaba un cupón a partir del nivel de tasas de interés de las entonces célebres y festejadas Letras de Liquidez del Banco Central, con pagos trimestrales los 21 de marzo, junio, septiembre y diciembre de cada año, y representaba un ensayo sobre el mecanismo que el entonces “Messi” local intentaría como escape financiero para absorber en aquellos tiempos la mayor cantidad de pesos posibles del mercado local. PIMCO detentaba casi el 60% del total de la operación en pesos, con la que, obviamente, perdió fortunas al ritmo de las devaluaciones locales. Algo a lo que claramente no estaba acostumbrado, más allá de ser el principal apostador a la deuda soberana de países emergentes a nivel mundial.