Un hombre con cabeza, un dinosaurio, dos personas disfrazadas como guardias de El Juego del Calamar y tormentas en Chaco fueron algunas de las rarezas vividas en la jornada cívica.
En cada elección se viven situaciones que rozan con lo bizarro pero que ponen un poco de humor durante la jornada electoral. Es recordada la imagen del carpincho que fue a votar en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias a una escuela de la localidad de Nordelta, en el partido de Tigre, como así también el payaso Marulito, del Partido Renovador Federal.
Durante la jornada de ayer también hubo personajes que se acercaron a votar y llamaron la atención. Un hombre con cabeza de chancho sorprendió a Horacio Rodríguez Larreta en la Facultad de Derecho, justo minutos antes de que llegara al lugar el jefe de Gobierno porteño. “El Chancho Blanco es un candidato que participa en estas elecciones. Venimos trabajando muy duro y esperamos que se den los resultados. Somos del partido Civilización y estamos a favor de la cultura de Sarmiento”. Y agregó para los medios de comunicación: “Queremos un país en el que se pueda comprar dólares, que la gente pueda salir libremente e ir a Miami”.
“Estoy muy emocionado por este día”, dijo el hombre chancho en declaraciones con la prensa. “No puedo hablar mucho porque estamos en veda”, dijo a continuación y dio por concluida la entrevista, no sin antes ofrecer algunos pasos de baile y afirmar que “Sarmiento representa el esquema cultural sobre el que se construyó el país y hay que volver a eso. El Chancho Blanco busca otras cosas, un país más europeo”.
Dinosaurios
En Rosario, un hombre asistió a votar este domingo por la mañana vestido de dinosaurio. El curioso episodio ocurrió cerca de las 11 en la Escuela Santa Isabel de Hungría, de Cafferata al 4000. El “dinosaurio” de color entre marrón y naranja se acercó a la mesa 5553 de votación e hizo la fila como el resto. Mientras esperaba su turno, algunas personas le sacaron fotos y una nena se le acercó para saludarlo con un choque de puños. Cuando le llegó el momento, entregó su DNI, ingresó al cuarto oscuro, volvió, puso el sobre y se fue. Nunca se sacó el traje ni tampoco explicó por qué fue así.
El establecimiento ya había sido noticia más temprano, pero en este caso no por algo positivo ni risueño: la mañana de votación amaneció con varios impactos de bala en su fachada. Al momento de ser atacado el edificio había personal del Ejército en el interior custodiando, por tratarse de un centro de votación.
Santoro y el calamar
Dos personas disfrazadas como los guardias de la popular serie El Juego del Calamar atrajeron la atención de votantes y transeúntes en la mañana del domingo afuera del Colegio Mater Admirabilis, donde votó el primer candidato a diputado nacional del Frente de Todos (FdT) en la Ciudad de Buenos Aires, Leandro Santoro.
Cuando agentes de la Policía les pidieron que se identificaran, las dos personas vestidas con atuendo rojo y su cara cubierta con un paño negro y una figura geométrica, aseguraron ser actores contratados por un canal de televisión y, así como hicieron con esa repuesta, ironizaron ante cada pregunta que la prensa apostada en el lugar les hacía, mientras disfrutaban, jocosos, de ese minuto de fama que habían pergeñado.
Tormenta
En Chaco la votación fue más complicada. Fue la única región del país que sufrió las inclemencias de tiempo, algo que no parecía una buena noticia para el gobierno, ya que se trataba de uno de los distritos donde el oficialismo pensaba mejorar los números, sobre todo de sectores populares que, ante el diluvio, estuvieron dificultades para asistir a sufragar. Sin embargo, los resultados provisionales, anoche mostraban una gran elección de Capitanich.
Un muerto y discriminación
En La Pampa se dio el único fallecimiento en el marco de la votación. Ocurrió en la localidad de Guatraché. Un hombre de 62 años entró al cuarto oscuro del Instituto Alberdi, emitió su voto, y al salir del establecimiento educativo sufrió un paro cardíaco. Murió en el hospital.
En Salta, no permitieron a una persona ciega que realice su voto junto a un familiar que lo acompañó hasta la escuela. Roberto Olivares (75), vecino de General Güemes, tuvo que sufragar junto al presidente de mesa. Al salir, se limitó a declarar, entre resignado y temeroso: “Solo espero que haya tomado la boleta que le dije, pero eso nunca lo voy a saber”.










