Señor director:
Me resulta un tanto contradictorio cuando me pongo a pensar a la policía y demás fuerzas de seguridad controlando si la gente usa o no barbijo, cuando la inseguridad nos está llevando puestos por todos los barrios de la ciudad. Cada vez es más común el arrebato de motos, bicicletas, celulares y mochilas; al punto tal que estos actos están naturalizados y en su gran mayoría no se denuncian. Obviamente que volcar el accionar de la policía en el control sanitario es un error ante la realidad que estamos atravesando.
Por otro lado, el comportamiento de las personas no es el adecuado por estos días, donde se supone que están dadas las condiciones ideales para su propagación más fácil.
Estuvimos 4 meses encerrados y de golpe todos son infractores en los peores meses, perjudicando el accionar de la policía que debería estar controlando el delito y no los barbijos en la plaza. Es culpa nuestra como sociedad que debamos utilizar determinados recursos, en este caso de seguridad, en otras cuestiones que no podemos cumplir con el simple respeto de las normas impuestas: si los espacios públicos están habilitados para el esparcimiento, no podes sentarte en familia o con amigos a tomar mate.
Melina Sánchez
