Carmelo de Urquiza Costa fue asesinado en 1909 y su cuerpo, junto al de su esposa, Emilia Micheli Visch, se hallaba en una estancia de Escobar. Este domingo fueron depositados en el Cementerio de Concepción del Uruguay. Sus descendientes donaron al Palacio un abanico de Dolores Costa.
Familiares de quien fuera hijo del general Justo José de Urquiza tomaron la decisión de traer los restos de José del Monte Carmelo de Urquiza Costa, que se encontraban en una estancia familiar de Escobar. La acción se llevó a cabo con una sencilla ceremonia religiosa en la capilla del Cementerio local.
Provenientes de distintas localidades del país, 14 tataranietos de Urquiza arribaron a Concepción del Uruguay para traer los restos de José del Monte Carmelo de Urquiza Costa y de su esposa, Emilia Micheli Vischi, que se encontraban en una estancia familiar de Escobar.
Carmelo fue asesinado el 5 de agosto de 1909 y sus restos y el de su señora descansan finalmente desde ayer en el panteón familiar de la familia Urquiza en la Necrópolis uruguayense.
Durante la ceremonia de introducción de los restos, se contó con la presencia del presidente municipal, Martín Oliva; de la directora del Palacio San José, Guillermina Bevacqua; del rector del Colegio del Uruguay Justo José de Urquiza, Ramón Cieri; del presidente del Centro Cultural Urquiza, Hugo Barreto; y demás integrantes, además de funcionarios del Ejecutivo y de concejalas que se hicieron presentes en el lugar para acompañar a los familiares de Urquiza.
Estos últimos explicaron que, por razones que desconocen, sus antepasados habían retirado los restos del panteón y fueron llevados a la casa de un familiar de Emilia, esposa de Carmelo, por lo que «todos los primos estuvimos de acuerdo en devolver los restos a su ciudad y lugar de origen».
Además, el presbítero Óscar Zabala Carrillo, de la parroquia María Auxiliadora, realizó la bendición de los restos y se procedió a efectuar un minuto de silencio en señal de respeto por los difuntos.
Asimismo, tanto Ivón como Gastón Carlos Castro Biedma, bisnietos de Carmelo, además de esa explicación, trajeron un abanico, propiedad de Dolores Costa (esposa de Justo José de Urquiza y madre de Carmelo), que mantenían en su posesión, y que fue presentado y entregado formalmente a la directora del Palacio San José para su conservación futura.