Intervino el grupo Halcón, Infantería, 50 motos, 20 cuatriciclos y hasta caballos.
Entre corridas, gritos y detonaciones, más de 4.000 efectivos de seguridad realizaron a primera hora de ayer el desalojo de la toma de Guernica, predio usurpado desde principios de julio en la provincia de Buenos Aires.
Después de casi 100 días, las negociaciones entre las autoridades provinciales y los usurpadores fracasaron y ante el rechazo de la Justicia a un nuevo pedido de prórroga, el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, llevó adelante el operativo que contó con la participación de fuerzas especiales, y un saldo de más de 30 personas detenidas.
Mientras muchos de los ocupantes abandonaron pacíficamente el lugar, otro grupo de usurpadores resistió con barricadas, tirando piedras y botellas. Además, prometieron volver al lugar. El cuerpo de Infantería, con los equipos tácticos de la Policía, realizaron distintas formaciones para avanzar en bloque sobre los manifestantes. A su paso, los efectivos fueron derribando las casillas que fueron montadas en el predio de Presidente Perón. Según los usurpadores, la Policía avanzó con violencia sobre ellos.
«¿Qué corazón tienen para sacarnos así? Estamos desesperados, es una situación muy difícil, el Gobierno no hace nada», dijo Rosalía, una de las usurpadoras, en declaraciones a radiales. Luego de casi tres horas de operativo, el predio fue liberado por completo. Todas las calles que desembocan en el terreno ahora están custodiadas por efectivos de Infantería. Los Bomberos controlaron los incendios que provocaron los mismos manifestantes que fueron desalojados del predio de 100 hectáreas.
Según informó Télam, dentro del predio ocupado se escucharon algunas detonaciones y se observaron columnas de humo por la quema de algunas casillas levantadas en el lugar. Los efectivos ingresaron, derribaron las viviendas precarias y cortaron los alambres con que se delimitaron las tierras ocupadas en el predio.