En el marco de la campaña Al maestro, con amor, el Movimiento Rojo y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) desarrolló una serie de actividades conmemorativas entre las que se destacó un mural evocativo, conversatorios sobre memoria, verdad y justicia en distintos encuentros barriales y escuelas del departamento donde jóvenes escribieron un centenar de construcciones literarias sobre la vida y lucha del docente Alfredo Bravo.
José Goycochea, presidente de la Mesa Uruguay de la APDH , aseveró que la programación alusivas se inició el 30 de abril, fecha en la que evoca el nacimiento del maestro Alfredo Bravo, nacido en Concepción del Uruguay. La programación concluyó ayer, fecha en la que se recordó su partida definitiva.
El recorrido por distintos y heterogéneos ámbitos sociales fue uno de los temas planteados por el colectivo defensor de los derechos humanos como un ejercicio de memoria que visibiliza a este concepcionero reconocido por su compromiso y trayectoria a nivel nacional e internacional.
Cabe recordar que fue maestro rural, impulsor del estatuto docente, partícipe fundamental de la unificación de los sindicatos del sector, dando creación a Central de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera), en 1973, órgano del cual fue secretario general. Frente a la brutal represión y genocidio de la Alianza Anticomunista Argentina (AAA), junto a distintos representantes de diversas fuerzas políticas y religiosas, participó de la fundación de la APDH, siendo copresidente durante más de una década.
El 8 de septiembre de 1977 Alfredo Bravo fue secuestrado por un grupo de tareas de la genocida dictadura mientras dictaba clases en una escuela de Primera Junta y permaneció detenido-desaparecido hasta 1979, sufriendo terribles torturas.
Recuperada la democracia el maestro Bravo profundizó su compromiso con la militancia por los derechos humanos en APDH, fue designado por Ricardo Alfonsín como subsecretarío de Estado del Ministerio de Educación y renunció a ese cargo por mantener inalterable su conducta y moral frente a las leyes de impunidad (Punto Final y Obediencia de Vida). Su militancia socialista lo llevó al Congreso, dónde, como diputado, enfrentó las medidas neoliberales.
“Ese Alfredo Bravo es el que se evoca, recuerda y pinta, el que confeccionó en APDH la primera lista de desaparecidos, el docente, el militante que siempre estuvo en la primera línea de batalla junto a la lucha contra las políticas reaccionarias de todos los tiempos», afirmó José Goycochea.