Democracia golpista en Bolivia

El Gobierno denunció que legisladores argentinos fueron «maltratados» y uno de ellos -el diputado Federico Fagioli (Frente de Todos)- retenido ilegalmente durante 10 horas, tras llegar a La Paz, Bolivia, para cumplir tareas como veedores en las elecciones que se celebrarán hoy en ese país.
«Legisladores argentinos fueron maltratados al llegar a La Paz para cumplir con sus tareas de veedores de las elecciones del próximo domingo. Es directa responsabilidad del Gobierno de facto de @JeanineAnez preservar la integridad de la delegación argentina», afirmó el presidente Alberto Fernández en su cuenta de Twitter.
El mandatario compartió por la red social el relato del diputado nacional Leonardo Grosso, que integra la delegación argentina, quien contó en su cuenta de Twitter cómo se sucedieron los hechos al llegar a la capital boliviana.
«Ayer el Gobierno de facto no me quiso dejar entrar a Bolivia a pesar de formar parte de una delegación argentina invitada para presenciar las elecciones, y en un momento sospeché que me querían secuestrar, porque intentaron subirme a una camioneta no oficial en el aeropuerto de La Paz», afirmó Fagioli.
El legislador relató: «Habíamos entrado perfectamente al país por Cochabamba, sin problemas, y luego tomamos una conexión aérea a La Paz, y allí se complicó todo conmigo, porque no querían que me quede, me querían expulsar y que firmara un papel donde me hacía responsable de haber cometido delitos de lesa humanidad”
Según explicó Fagioli, las autoridades bolivianas «alegaban que había estado en noviembre en Bolivia y que había cometido delitos de lesa humanidad, pero lo cierto es que vine con una comisión de paz que llegó para hacer entrevistas con la gente y organizaciones de derechos humanos para hacer un informe de la situación».
En ese marco, contó que «nos llevaron hacia afuera del aeropuerto con la intención de meternos en una camioneta roja no oficial, junto con un funcionario de nuestra embajada, Lucas De María, que nunca me abandonó y que sufrió agresiones, y allí pensé que me querían secuestrar, porque trajeron mucha fuerza policial que amenazaba y atropellaba constantemente».