No es frecuente que un libro de Historia se convierta en texto urgente, de candente actualidad. Y, sin embargo, con varios libros recientes (el último, podría decirse, es “El fracaso de la República de Weimar” de Volker Ullrich, de reciente aparición en castellano, o el oportunísimo “Síndrome 33” de Siegmund Ginzberg) viene sucediendo algo así. Pero estos textos, entre otros, son indirectamente de candente actualidad para la historia argentina o de América Latina. Presuponen operaciones mentales por parte de los lectores. Ver, por ejemplo, cuánto hay de lo que se prefiguró en los años de 1923 a 1933 en Europa, en el auge de las actuales ultraderechas hasta llegar hasta aquí nomás a la vuelta de la esquina. Presupone comparar, evaluar y entonces, el atar cabos va a derivar finalmente en un insoslayable “salvando las distancias”. Las retóricas pueden ser similares, o recurrentes, pero obviamente la posibilidad de un Reich en pleno siglo XXI es imposible.
Pero si al fin y al cabo la memoria histórica no sirve para nada, si leer historia se ha convertido en un pasatiempo melancólico, si por una inflación que no llegó ni a los tobillos de aquella híper que desquició al pueblo alemán en los años 20, votan a un mesías grotesco, etcétera, ¿por qué no habría de repetirse la historia en manos de quienes la niegan?
Mientras tanto, la publicación de Ernesto Bohoslavsky y Sergio Morresi -historiador y politólogo respectivamente- no solo sorprende con una propuesta “urgente” que proviene del campo académico, sino que no se trata procesos paralelos o reverberaciones del pasado en el presente. Es exactamente una historia de las manifestaciones de derecha en la Argentina, y si bien se reserva la evaluación provisoria acerca del lugar de Javier Milei en esta historia de la historia, lo incorpora plenamente al sistema en estudio.
Pasa en las mejores familias
Los autores cierran cada capítulo con una “coda”, una suerte de remate que trata de no ser conclusivo ni reiterativo sino más bien ilustrar un estado de las cosas que nunca es repetición de lo anterior, pero tampoco es ajeno a los hechos de la historia.
Hay motivos para pensar que el surgimiento de LLA debe mucho a un proceso de convergencias superpuestas: las familias derechistas que habían estado alejadas comenzaron a acercarse al mismo tiempo que la distancia entre la centroderecha y las posiciones radicalizadas se fue acortando.
Frente a tanto análisis apresurado, arrogante y desorientado y, sobre todo, superficial al que asistimos durante los dos larguísimos procesos electorales de 2023 a la fecha, el libro de Ernesto Bohoslavsky y Sergio Morresi debería ser considerado un faro de rigor sin prejuicios, pero, sobre todo, un ejercicio de paciencia y humildad.










