La decisión de garantizar el abastecimiento interno es el principal argumento esgrimido por las autoridades nacionales y dirigentes del sector privado que avalan la medida tomada la semana pasada por el Ministerio de Agricultura de suspender el registro de exportaciones de maíz de la campaña 2019-2020.
El objetivo es priorizar la provisión del mercado interno ante las complicaciones que desde determinados sectores productivos, en especial los relacionados con la producción de carne aviar, porcina y vacuna- para obtener materia prima para alimentar a sus animales a pesar de la cosecha récord alcanzada la campaña pasada. Argentina es un gran exportador mundial del cereal, pero también posee un alto consumo interno, que en su gran mayoría es dedicado a la alimentación animal.
Según un informe la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la producción de maíz fue de 51,5 millones de toneladas en la campaña 2019/20. De ese total, más de 38 millones de toneladas fueron consideradas como saldo exportable, mientras que el remanente tuvo como principal destino a los corrales de engorde o feedlots, tambos de producción lechera, granjas de cerdos y criaderos avícolas.