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viernes, julio 26, 2024

De la Dolarización a la Competencia de Monedas: ¿Sendero en línea recta o con bifurcaciones?

En una de las tantas idas y vueltas a las que nos ha acostumbrado la dirigencia argentina, el presidente Javier Milei ha sostenido que el sendero de política económica que viene implementando en nuestro país llevará a que el peso argentino sea «una roca».

Por Gustavo Reija – Economista

Durante la campaña presidencial, el actual mandatario se había referido al peso utilizando la escatológica expresión de “excremento” dejando en claro su opinión acerca del valor que el mismo representaba en su concepción ideológica.

En aquellos días, la solución propuesta era el reemplazo de todos los pesos de la economía por dólares, generando la dolarización de la Argentina.

Al llegar al poder, la realidad impuso sus condiciones y mostró a las nuevas autoridades su verdadera cara. Un Banco Central quebrado, con reservas negativas, con un monto de pasivos remunerados que generaba importantes niveles de emisión monetaria endógena para el pago de sus intereses y un cepo imposible de levantar en ese marco, marcaron la imposibilidad de avanzar con la prometida dolarización y la necesidad de aterrizar con una política económica que, en primer lugar, solucionara los problemas monetarios y fiscales más apremiantes.

La licuación del gasto público y la destrucción de pesos con tasas de interés negativas comenzaron entonces a realizar su trabajo. La inflación, en este contexto comenzó a descender ante la creciente escasez de moneda y el avance de una gran recesión económica por caída en el consumo público y privado de dimensiones inéditas.

Llegamos así a este mes de mayo, con una inflación registrada por el Indec para el mes de abril pasado del 8,8% y con pronósticos de un nuevo descenso para el corriente mes.

En este contexto se producen las declaraciones de Milei, quién ya ha enunciado que, a la prometida dolarización de campaña, la reemplazará una “competencia de monedas”, esto es la coexistencia ¿pacífica? entre el peso argentino y el dólar, en un mercado de cambios sin cepo.

Fondos frescos

Pero este esquema tiene la peculiaridad que los dólares deberían ser ingresados al sistema por sus tenedores privados, es decir, por los argentinos que han venido atesorando la divisa norteamericana como forma de resguardar sus ahorros de la inflación.

Con superávit fiscal y comercial y un Banco Central saneado la emisión sería 0 y la cantidad de pesos existentes en la economía argentina se mantendría constante y decreciente si la economía reenciende sus motores e inicia un proceso de crecimiento.

Entonces, en el esquema oficial, la necesidad de financiar mayor actividad económica debiera ser abastecida por dólares que los particulares ingresen al circuito comercial.

El modelo se completaría con el envío de un proyecto de Ley que tipificara la emisión de pesos para financiar al Tesoro como un delito, lo que serviría de freno a la tentación de administraciones económicas futuras para recurrir a la expansión monetaria como motor de la economía.

En un reciente informe el Fondo Monetario Internacional (FMI), con advertencias mediante, ha dado el visto bueno a que nuestro país transite por este camino de política económica.

Tengamos en cuenta que ya se encuentran en marcha las negociaciones por un nuevo programa integral con el Fondo y que este punto deberá ser especialmente considerado ya que, de llegarse a un acuerdo, el mismo debiera venir acompañado de “fondos frescos” que permitan consolidar la posición de reservas del Banco Central y facilitar la salida del cepo, elementos indispensables para pensar un esquema de política como el que Milei viene anunciando en sus apariciones públicas.

¿Es posible que la economía argentina llegue a la competencia de monedas sin cepo y con tasas de inflación internacionales? Y en su caso, ¿cuál sería el tiempo que demandaría llegar a esa situación?

La respuesta a la primera pregunta es “si, con condicionantes”.

La respuesta a la segunda pregunta es: “superados los condicionantes, en algún momento del 2025”.

Licuar no es reformar

Entonces, el principal desafío para la gestión económica es superar los condicionamientos que impiden, al día de hoy, llegar al estado de situación pretendido.

Uno de los principales es la eliminación del cepo cambiario. Asociado al mismo se encuentra el impuesto PAIS, que se ha venido convirtiendo en una de las principales fuentes de financiamiento del Tesoro. Este tributo, sumamente distorsivo, no es compatible con un mercado de cambio desregulado y, por lo tanto, para el momento de anunciar la eliminación del cepo el Gobierno debiera tener cubierto el bache financiero que se generará en la recaudación tributaria sin impuesto PAIS.

Otro es el reemplazo de la licuación del gasto por reformas estructurales en el sector público. Licuar es sencillo, reformar es complejo.

La licuadora deberá ser reemplazada por una organización del gasto público sostenible en el tiempo y esto debiera estar previsto en el Presupuesto Nacional del año 2025.

Tengamos en cuenta que la licuación tiende a agotarse a medida que la inflación desciende en su tasa mensual y que, en un hipotético escenario de inflación muy baja la licuación del gasto tiende a 0.

Salarios, crédito y consumo

Asimismo, hay que considerar que, a la obtención del superávit fiscal de estos primeros cuatro meses del año contribuyó el “patear” pagos de la administración pública, hecho que no es sostenible y que generará gastos más adelante.

A nuestro juicio, el elemento central que debe cambiar de estado para que existiera la posibilidad de avanzar con éxito en el esquema propuesto es la recuperación de la economía.

Sin un sostenido proceso de reactivación económica no hay chances que el equilibrio fiscal sea sostenible en el tiempo y, por ende, de que la emisión sea 0, prerrequisito para encadenar el resto de los elementos del esquema.

El consumo privado representa alrededor del 70% del PBI, y es la clave para que se ponga en marcha la actividad económica. La inversión productiva, esencial para incrementar la productividad, acompañará en la medida que el motor económico comience su marcha.

Para que el consumo privado reacciones se requiere una recuperación del salario real y el acceso al crédito. En el reordenamiento de precios que se viene dando desde la asunción de Milei el salario aún se encuentra del lado de los “precios atrasados”.

El segundo semestre de este año será clave ya que durante el mismo se definirá si el sendero de política deseado por el gobierno es recto o si, como en el cuento de Jorge Luis Borges, se bifurca.

(*) Economista. 13News.info

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