Señor director:
Desde que era muy chico que ando en bicicleta. Primero por diversión, después para transportarme y en la actualidad como deporte o desenchufe de «lo diario». Lo cierto es que siempre tuve la sensación de que como ciclista molestaba en la calle y entonces, circulaba por la derecha y bien pegado a los autos.
Esto, sabemos los ciclistas, trae sus peligros: que un automovilista apurado o distraído abra la puerta del auto cuando estamos pasando pruduciendose un choque, golpe o rodada. En fin, un accidente con consecuencias serias para el que va en bicicleta. Hace poco me tope con un artículo en el que explicaban de qué modo los fabricantes de autos a combustión interna y los dueños de vehículos hicieron un trabajo mediático fino y permanente para cambiar el paradigma sobre quién debería tener prioridad para usar las calles. Así a principios de la década de 1920 en un siniestro de tránsito el automovilista era siempre el culpable, por ir en un vehículo motorizado.
Tal era la cosa que en Chicago por esos tiempos, si un automovilista no aminoraba la velocidad cuando un peatón o ciclista cruzaba la calle, este tenía derecho a apuntarle y, si no se detenía, podía dispararle en legítima defensa. Todos conocemos la pasión que sienten en EE.UU. por las armas. Poco tiempo después de esta campaña mediática tan extensa, el culpable de los accidentes viales fue cualquiera que no anduviese en auto por estar donde no pertenece. En la calle, que era de los automóviles. La historia una vez más nos muestra el poder del dinero, y en vez de pedir que los autos anduvieran a bajas velocidades para evitar accidentes mortales, se prohibió a los peatones cruzar la calle donde les pareciera y se les empezó a exigir hacerlo solo en las esquinas y a las bicicletas se las obligó a circular por ciclovías o en fila india. En nuestra ciudad, no respetan a los que nos manejamos en bicileta, es cierto. Pero también debo reconocer que los ciclistas a veces no respetamos a los peatones o mejor dicho, nos creemos dueños o con mayor derecho a circular por ciertos espacios. En estos días de aislamiento todos los que disfrutamos de salir a pedalear debemos tener respeto por aquellos que caminan por los lugares habilitados para el ejercicio físico. No fue solo una vez que ante la presencia de peatones por la Isla, la Defensa Sur o algunos de los bulevares se producen choques, accidentes, malos tratos o insultos para aquellos que caminando osan de invadir «nuestro territorio». Disfrutemos de las salidas y dejemos disfrutar a todo aquel que quiera hacerlo, aunque camine por la calle.
Blas Amado