Por: M. D.
El Tribunal Oral Federal de Concepción del Uruguay decidió suspender las audiencias del juicio por delitos de lesa humanidad que debía comenzar el lunes, por los hechos ocurridos durante la Noche del Mimeógrafo.
La Fiscal de Cámara María de los Milagros Squivo, quien debía acusar a los represores imputados en la causa que por violación a los derechos humanos, torturas, privación indebida de la libertad contra dos represores uruguayenses; presentó un recurso de inhibición contra dos camaristas que integran el tribunal oral, debido a que ya juzgaron a otros represores.
Esta dilación llevada adelante por la fiscal Squivo fue rechazada por los defensores de los estudiantes secundarios, que fueron víctimas de las torturas en el Centro Clandestino de Detención que funcionaba donde actualmente está la sede de la Policía Federal de Concepción del Uruguay, en la esquina de calles San Martín y Artigas.
En ese sentido, Roque Minatta, uno de los estudiantes que padecieron el secuestro y la tortura por parte de agentes de la Policía Federal de ese entonces aseguró: “Me siento sorprendido que a 72 horas de inicio del histórico juicio, Milagros Squivo, quien ahora se desempeña como Fiscal de Cámara de la Causa, presente una inhibición contra dos de los jueces-.
Esto lo hace en forma extemporánea y sin ninguna razón legitima que ampare esta aberrante presentación que efectúa, que solo tiene por objetivo dilatar el debido proceso re victimizando a los testigos y favoreciendo las estrategias dilatorias de los represores”.
El entrevistado adelantó: “Pediremos la recusación y el juicio político a esta fiscal de Cámara por garantizar la impunidad de genocidas, ya que también tuvo la causa Vuelos de la Muerte archivada y que se activó ahora sin ella”.
La Fiscal Squivo tuvo la investigación de esta causa por años y es cuestionada abiertamente por las víctimas, como Roque Minatta: ”Nunca investigó. Es más, debió soportar un pedido del tribunal para que investigara, acción que no realizo”, aseguró una de las víctimas de la recordada “Noche del Mimeógrafo”. “Después de 6 años llegó a la Fiscalía de Primera Instancia la doctora Josefina Minatta, quien retomó la causa e investigó a tal punto que elevó a juicio la causa, para que sea tomada por el Tribunal Oral Federal de nuestra ciudad, quien fijó que las audiencias comenzarían el 6 de septiembre. Este lunes se debían tomar las declaraciones testimoniales de los entonces estudiantes reprimidos y encarcelados: Juan Carlos Romero, Cesar Román, Juan Carlos Rodríguez y yo, entre otros”, agregó el entrevistado.
-¿Qué ocurrió el 19 de julio de 1976, época en la que formabas parte del Centro de Estudiantes de la escuela Normal?
-Fue un día muy triste para los estudiantes secundarios de la época, faltaba una semana para que terminaran las vacaciones de julio. Ese día encarcelaron a los integrantes más importantes de la Unión de Estudiantes Secundarios, yo estaba de viaje y caí una semana después. Ese día hicieron múltiples allanamientos en las viviendas de todos los que integrábamos esta unión estudiantil. Si te encontraban, te metían preso y de lo contrario te seguían buscando hasta encontrarte.
Desde la Policía Federal orquestaron salir a buscar un mimeógrafo, como si fuese un gran cuco. Estaban hartos de que la Unión de Estudiantes Secundarios y la Juventud Peronista hagan actos con panfletos en toda la ciudad.
Organizaron una operación comando, en más de veinte domicilios de Concepción del Uruguay, donde hicieron allanamientos, atropellos, se robaron libros y se llevaron discos. Todo esto por la búsqueda de un mimeógrafo, que era nuestra única herramienta de lucha que teníamos para poder oponernos a la dictadura militar.
-¿Mantenés contacto con tus compañeros de militancia de esa época? ¿Qué sensación tienen con el futuro de esta causa?
-Sí. Quemados muy en contacto, principalmente luego de los dos juicios de la causa Arguindeguy; donde fueron presos el famoso “Moscardón Verde” Rodríguez que era de la ciudad y Mazzaferri, jefe de la patota y principal responsable de la Policía Federal en Concepción del Uruguay.
Lamentablemente nos encontramos ahora que la anterior Fiscal de Primera Instancia, Squivo, hoy es Fiscal de Cámara y está poniendo palos en la rueda para que el juicio no siga. Pese a esto, yo creo que el juicio va a seguir, ya que la verdad siempre sale a la luz, sobre todo cuando hay memoria y tenemos un Poder Judicial que quiere administrar justicia.
Por más que Cesar Román se haya ido y el querido “negro” se murió, nos juntamos siempre en la Asociación del Presos Políticos y seguimos militando la idea de memoria Verdad y Justicia.
-¿Podes relatar algo de lo vivido en el centro clandestino de detención que funcionó, donde hoy es la sede de la Policía Federal de la ciudad?
-Te llevaban a la Policía Federal, que funcionaba como tal desde las 7 de la mañana hasta las 13 horas. En ese horario no te hacían nada, nos tenían guardados en lo que se llamaba el casino de Oficiales. No nos decían nada y la mayoría del tiempo a la mañana teníamos que estar mirando a la pared.
A la tarde nuestras vidas se convertían verdaderamente en una tortura, ya que llegaba Mazzaferri, siempre alterado y te llevaban a la oficina técnica que estaba arriba y ahí funcionaba la sala de tortura. Te preguntaban por cosas que no sabíamos, nos amenazaban y aplicaban varios tormentos.
Una aberración que me tocó vivir fue cuando me hicieron creer que fusilaban a mis compañeros de militancia más grandes, que pertenecían a la Juventud Peronista. Me llevaron al patio donde estaban mis compañeros con los ojos vendados y me dijeron que iba a presenciar el fusilamiento de ellos. Preparaban las armas y en el momento de disparar, me daban vuelta para que no vea el momento preciso en que realizaban disparos al aire. Escuché y sentí gritos desgarradores de compañeros que pensaban que los estaban fusilando. Muchos meses después me enteré que eso era mentira.