Costosa planificación y tres días para retirar la droga

Zonas rurales con poca vigilancia.

Con el paso de los días crece el cerco informativo en torno al descubrimiento de 433 kilos de cocaína en inmediaciones de Pronunciamiento, que derivó en la detención de cuatro personas en un hotel de Basavilbaso. En este contexto, la redacción de LA CALLE dialogó con una fuente ligada a una fuerza de seguridad que opera en el departamento Uruguay, la cual deslizó la posibilidad de que hace tiempo se esté investigando el accionar de una banda de narcotraficantes que operan en la región.
El hermetismo investigativo impide tener confirmación oficial de los datos vertidos a este matutino, pero resultan sustentables en el relato y de vital importancia para tratar de comprender la actual situación que atraviesa la zona rural de Concepción del Uruguay.
Si bien este hecho registrado el jueves es la ratificación de que algunos campos linderos a la ciudad son una especie de zona franca de la cocaína, cabe la posibilidad de contextualizar la situación y bajar los niveles de alarma de la sociedad.
Planificar la movilización de un cargamento valuado en cuatro millones de dólares, no es una actividad que se resuelve en pocas horas. Se estima que es un trabajo que lleva cerca de tres meses; desde que se pacta la transacción de los estupefacientes, se consiguen los vehículos necesarios para trasladar la mercancía (camionetas, autos, motos y aviones) y finalmente se acopia en el depósito destinado por la organización narco.
Seguramente con el correr de los días se confirme, pero se estima que la droga fue arrojada desde una aeronave en inmediaciones de Pronunciamiento, al menos tres días antes de habr sido recolectada por quienes ocupaban la camioneta que terminó impactando en inmediaciones del palacio San José.
Estas personas habrían patrullado la zona en reiteradas oportunidades y eligieron el momento que creyeron oportuno para pasar desapercibidos durante la extracción de la sustancia acopiada en un campo privado. Es imposible ser certeros a la hora de confirmar cada cuánto se realiza una entrega de droga de esta magnitud, la más grande de la que se tenga información oficial en la provincia, pero sí hay que tener presente que requiere mucha logística e inversión. No sería algo de todos los días.
Por otro lado, la ubicación geográfica hace pensar que la droga tenía como destino final Europa o África, partiendo desde algún puerto uruguayo; pero existe otra posibilidad, ya que no tiene sentido que la droga haya sido arrojada desde una aeronave de este lado del río Uruguay. Aparentemente Uruguay tiene un solo radar en inmediaciones de Carrasco, Montevideo, que no alcanzaría para divisar el vuelo de una aeronave a tantos kilómetros de distancia. La segunda alternativa es que la droga tenga como destino final a distintos distribuidores, que operan en ciudades al margen del río Uruguay y otras sobre la vera del Paraná.