Correo de lectores

Señor Director:

¿Dónde quedó la solidaridad?: Una reflexión sobre el olvido del prójimo en tiempos de crisis.¡

Me dirijo a ustedes como un lector preocupado por un fenómeno que observé con atención hace algunos años y que, lamentablemente, parece haber desaparecido de la escena pública. Me refiero a esas iniciativas solidarias que surgieron con fuerza después de la pandemia, allá por 2022 y 2023, cuando muchos vecinos de Concepción del Uruguay y de todo el país colocaban frente a sus casas pequeñas cajas o viandas con alimentos para quienes más lo necesitaban.

Recuerdo que, en aquel entonces, la preocupación por el hambre y la difícil situación económica era palpable en todos los ámbitos. Sin embargo, también recuerdo que muchas de estas acciones solidarias se vieron teñidas por un oportunismo político que, a mi entender, desvirtuó el verdadero espíritu de ayuda al prójimo. No faltaron las fotos en redes sociales, los discursos grandilocuentes y las promesas vacías.

Lo que me resulta llamativo, y a la vez preocupante, es que hoy, en 2025, cuando la situación económica es aún más crítica y el hambre se hace más visible en nuestras calles, esas iniciativas solidarias parecen haber desaparecido por completo. Aquellos que se mostraban tan preocupados por el prójimo hace apenas dos o tres años, hoy miran para otro lado y parecen haber olvidado su discurso de empatía y solidaridad.

¿Acaso el cambio de gobierno nacional influyó en esta repentina desaparición de la solidaridad? ¿O será que el oportunismo político agotó su ciclo y ya no resulta rentable mostrarse preocupado por los demás? Cualquiera sea la razón, me parece lamentable que la necesidad y el sufrimiento de muchos sean ignorados o minimizados por aquellos que, en su momento, se jactaban de ser los abanderados de la ayuda al prójimo.

Espero que estas líneas sirvan para generar una reflexión en nuestra comunidad y para recordar que la solidaridad no debe ser una moda pasajera ni un instrumento político, sino un valor fundamental que nos impulse a ayudar a quienes más lo necesitan, más allá de las circunstancias políticas o económicas del momento.

Pablo Castro

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Señor Director:

La memoria del agua: Un testimonio de gratitud hacia las obras que transformaron nuestra ciudad.

Escribo estas líneas con la memoria llena de recuerdos de mi infancia en Concepción del Uruguay. Recuerdo, como si fuera ayer, las crecientes del río Uruguay que azotaban nuestra ciudad y obligaban a tantas familias a abandonar sus hogares, buscando refugio en los clubes deportivos. Las canchas de básquet de Parque Sur, Rivadavia, Almafuerte y otros clubes se convertían en improvisados campamentos, donde la tristeza y la incertidumbre eran el denominador común.

Hoy, al ver que el río vuelve a crecer y roza los 5 metros frente al puerto local, no puedo evitar sentir una profunda gratitud por las dos grandes obras hidráulicas que transformaron nuestra ciudad: la Defensa Sur y la Defensa Norte. Estas obras, que demandaron tiempo y esfuerzo, han logrado proteger a nuestros barrios bajos de las inundaciones, evitando el drama de tener que evacuar a cientos de familias y convertir nuestros clubes en refugios temporales.

Gracias a estas defensas, los vecinos de La Concepción, La Quilmes, Cantera 25 y otros barrios ya no tienen que temer por sus hogares ni perder sus pertenencias. Sus casas se han revalorizado, el pavimento ha llegado a sus calles, el alumbrado público ilumina sus noches y, en algunos casos, hasta el gas natural les brinda mayor comodidad.

Es cierto que aún existen algunas zonas vulnerables a las inundaciones, pero la realidad es que la gran mayoría de las familias que antes sufrían las consecuencias de las crecientes hoy pueden vivir con mayor tranquilidad y seguridad. Los clubes deportivos ya no tienen que interrumpir sus actividades para ceder sus instalaciones a los damnificados, y los niños pueden seguir disfrutando de sus deportes sin tener que presenciar la tristeza y el desconsuelo de sus vecinos.

Por todo esto, quiero destacar la importancia de estas dos obras icónicas para nuestra ciudad, que han mejorado la calidad de vida de miles de personas y han evitado el sufrimiento que provocaban las inundaciones. Es fundamental que sigamos cuidando y manteniendo estas defensas, para que Concepción del Uruguay siga siendo una ciudad protegida y resiliente ante las crecientes del río Uruguay.

Silvia Rodríguez