En medio de la demora de la ley Bases y los rumores de la salida de Posse, el Presidente buscó dar un golpe de efecto en el Cabildo cordobés. Prometió una “baja significativa de impuestos”.
Javier Milei le encontró la vuelta al fracaso del Pacto de Mayo que quería firmar este sábado 25 en Córdoba con todos los gobernadores de país, pero que se pospuso por la demora de la ley Bases y el paquete fiscal: anunció que una vez que sus iniciativas legislativas sean sancionadas por el Congreso creará un “Consejo de Mayo” con autoridades políticas, sindicales y empresariales para aplicar medidas concretas para “reconstruir la Nación”.
La base serán los 10 puntos de aquel pacto original que anunció ante la Asamblea Legislativa. Al instante redobló su propia apuesta y lanzó una promesa ambiciosa y que generó la mayor euforia entre sus seguidores: dijo que habrá una “reducción significativa de los impuestos”. Empezará por recortar el impuesto al PAIS, que se recauda por la compra de dólares, aunque evitó dar precisiones de cuándo, cómo y cuál será el costo fiscal de esa medida. Hoy es el gravamen que más recauda el Estado.
“No hay destino posible si no le quitamos el peso del Estado a los argentinos de bien”, argumentó el Presidente en el discurso que dio en un escenario montado sobre la explanada del Cabildo, sobre la peatonal Independencia del centro cordobés, donde también está la Catedral. “Ustedes se dan cuenta de que estamos frente a un cambio de época, ¿no?”, dialogó con los militantes y simpatizantes libertarios que llenaron la mitad de la Plaza San Martín.
Los organizadores esperaban unas 10.000 personas, la Policía de Córdoba contabilizó unas 6.000. Tuvo varios intercambios con los que fueron a escucharlo, en una tarde gélida marcada por temperaturas de un dígito. “¡Te amo!”, le gritó una señora; “yo también”, le devolvió el Presidente.
¡Viva Conan!
El “Consejo de Mayo” que anunció Milei estaría integrado, según dijo, de apenas seis personas: un funcionario del Ejecutivo, un representante por las 23 provincias, un diputado, un senador, un dirigente sindical y un empresario. No dio detalles de cómo será la conformación de esa mesa chica, pero sí ató su inicio a la firma del Pacto de Mayo, tras la sanción de sus leyes.
Milei aterrizó en Córdoba pasadas las 14 en un avión oficial en el que solo lo acompañó su hermana y un grupo reducido de colaboradores. El gabinete y el resto de funcionarios viajaron desde Buenos Aires en un avión de la Fuerza Aérea. En el aeropuerto Ambrosio Taravella el Presidente se subió a un helicóptero también de la Nación –no quiso usar el de la provincia– y aterrizó en El Panal, la emblemática sede del gobierno local, donde fue recibido por el peronista Martín Llaryora. Juntos fueron al Cabildo en auto y luego recorrieron el histórico edificio, donde también se sumó el intendente Daniel Passerini. Gobernador e intendente fueron abucheados cuando los nombró la locutora oficial.
En su segunda aparición en el escenario, ya estaba ataviado con la banda presidencial y el bastón donde están inscriptos la cara de sus perros, con el fallecido Conan en el centro. “Conan es cordobés”, había contado Milei cuando explicó allá por marzo porqué había elegido Córdoba con tanto tiempo de anticipación para el 25 de mayo. “¡Viva Conan!”, le gritaron este sábado entre la gente. “Ese es el gran cordobés”, le hizo un guiño el jefe de Estado.
Sangre derramada
Pese a algunos chispazos discursivos, Milei tuvo un tono moderado en sus palabras, aunque no evitó las exageraciones y constantes reflexiones de autoelogio. “Estamos llevando adelante el ajuste más grande de la historia”, se jactó.
“En esencia nosotros no somos más que descendientes directos de la tradición de los revolucionarios de Mayo”, afirmó. “No es nuestra ambición revolver el pasado. Nuestra misión es sentar las bases para un futuro distinto para nuestros hijos”, señaló.
Prometió “derramar nuestra sangre si fuera necesario por la causa emancipatoria”.
Para terminar su acto, Milei bajó del escenario para darse un “baño de popularidad”. Se estrechó con saludos y abrazos con los simpatizantes y militantes que estaban en un vallado VIP que se armó al frente mismo del escenario: todos habían sido previamente identificados con DNI y respondían a las distintas agrupaciones libertarias que hay en Córdoba y que participaron en la campaña electoral.