Las fuerzas combinadas del Ejércirto Ruso y las milicias locales ya controlan toda Severedonetsk menos un área industrial.
Rusia avanzó este miércoles con su cerco sobre las fuerzas ucranianas en las zonas del este del país que todavía no controla, aunque los ojos están puestos también en Bruselas, donde este jueves comenzará una cumbre de la Unión Europea (UE) que podría otorgarle a Ucrania el estatuto de candidato al bloque.
Después de un largo asedio y semanas de ataques de artillería, las fuerzas rusas controlan toda Severedonetsk menos un área industrial en sus afueras, e intentan tomar la vecina Lisichansk, en el marco de su ofensiva para conquistar la región conocida como Donbass.
«El ejército ruso bombardea masivamente Lisichansk con cañones, misiles, bombas aéreas, lanzamisiles. Destruyen todo», sostuvo Sergii Gaidai, el gobernador de la provincia de Lugansk, donde quedan las dos ciudades. «Nuestros chicos mantienen sus posiciones y seguirán manteniéndose el tiempo que sea necesario», agregó el dirigente.
«Allí es un infierno», expresó en referencia a Severodonetsk, que estuvo desde hace semanas bajo intensos bombardeos que ahora se centran en una planta química donde resisten los últimos combatientes y donde se refugian cientos de civiles. La situación recuerda a la vivida en la sureña ciudad de Mariupol, en la provincia de Donetsk, la otra que forma el Donbass, donde los últimos combatientes ucranianos se rindieron el mes pasado tras refugiarse semanas con civiles en una planta siderúrgica.
Por su parte, un representante de los prorrusos que controlan parte del Donbass desde 2014 afirmó que el cerco sobre las fuerzas ucranianas se estaba cerrando en las dos ciudades gemelas, separadas por un río. «Muy pronto, los grupos (ucranianos) en Lisichansk y Severodonetsk serán rodeados», dijo Andrei Marochko a la televisión estatal rusa.
Si bien la mayoría de los combates se concentran en el este de Ucrania, en el resto del país también hay bombardeos. El Ministerio de Defensa ruso se atribuyó un ataque en Mikolaiv, al sur del territorio, que dejó varios soldados ucranianos muertos. El bombardeo alcanzó dos empresas, una escuela y provocó un incendio, según el alcalde de esta localidad ucraniana, Oleksandr Senkevuch.
Las autoridades rusas afirmaron, por otra parte, que dos drones ucranianos habían bombardeado una refinería de petróleo en la región rusa de Rostov, fronteriza con Ucrania, sin causar víctimas.
El jefe del gobierno alemán, Olaf Scholz, estimó que la reconstrucción de Ucrania necesitará «un plan Marshall», en referencia a la inversión masiva de fondos estadounidenses para reconstruir Europa occidental después de la Segunda Guerra Mundial. Desde el comienzo de la intervención rusa el 24 de febrero, Ucrania contó con el apoyo de Estados Unidos y la UE, que el jueves y el viernes celebrará una cumbre en Bruselas para decidir si otorga a la exrepública soviética el estatuto de candidato a la adhesión.