Contenidos

“Cuando el gobierno de Australia le dijo a Google que tendrían que pagar por el contenido de noticias que levantaba de los medios de comunicación tradicionales, la compañía dijo: ‘Nos vamos de aquí’ y amenazó con retirar el buscador de Google de un país entero. Eso es lo que hacen los monopolios”, dijo la senadora demócrata Amy Klobuchar el 2 de febrero último en la audiencia del Subcomité Judicial del Senado sobre Competencia, Política, Antimonopolio y Derechos del Consumidor de EE.UU. Klobuchar es autora junto al senador John Kennedy del proyecto de Ley de Preservación y Competencia del Periodismo (JCPA), que tiene por objetivo otorgar a los editores de noticias (especialmente de diarios, revistas y agencias) la posibilidad de negociar colectivamente con las dos plataformas más grandes, Google y Meta/Facebook, para llegar a un acuerdo sobre el uso del contenido y una compensación justa. Al final de ese período, si las partes no han llegado a un acuerdo sobre un modelo de ingresos compartidos, la Justicia tendrá la última palabra a partir de las innumerables denuncias de antimonopolio que pesan Google y Facebook. Klobuchar elogió a los medios locales que cubren historias como inundaciones, informaciones municipales, deportes locales, escuelas y eventos comunitarios. “Lo que hacen nuestras noticias locales no sólo conecta a las comunidades, sino que también ayuda a los formuladores de políticas a comprender mejor cómo los problemas están afectando a sus electores y los ayuda a determinar qué se debe hacer. Por eso es fundamental que nos aseguremos de que las noticias locales no sólo sobrevivan, sino que prosperen, especialmente cuando estos medios se enfrentan a algunas compañías tan grandes y poderosas como el mundo jamás ha conocido”, aseveró. Para apoyar sus dichos citó algunos datos sobre los miles de medios que se han cerrado desde 2005 al mismo tiempo que las plataformas tomaron el control de los mercados publicitarios digitales. La nueva ley obligaría a las plataformas a acudir a la mesa de negociaciones, al igual que sucedió en Australia, donde hubo una oposición formidable. Su sanción tendrá una enorme influencia en el resto de los países, empujando a Google y Facebook a pagar por esas noticias que obtienen y ofrecen gratis a millones de lectores que ignoran el costo que representa producirlos. Y que ignoran también que las plataformas ganan muchísimo dinero con las publicidades que insertan en esos contenidos y que ellos están obligados a ver.