Señor director:
La buena noticia de la reapertura del Banco Pelay para este fin de semana fue rápidamente opacada por la imposibilidad de llegar hasta Paso Vera, una playa que debería ser municipal y a la cual se debería dejar ingresar también. Si el concesionario no está en condiciones de abrir por cuestiones de instalación o legales, que haga como el municipio y abra el lugar de forma gratuita, hasta que lo ponga en condiciones para la apertura.
Por otro lado, resulta llamativo que Paso Vera y Banco Pelay no estén aptos para empezar con los servicios de baño, bañeros y cantinas; ya que hay una notoria bajante hace meses y perfectamente podrían estar trabajando desde hace tiempo en esto ¿De verdad nadie pensó allá por mayo o junio que podía ser imperioso tener estos lugares aptos con anticipación? La cantidad de aglomerado de jóvenes que nos habríamos evitado, además de militontos que salen a hacer una marcha en pandemia para que les dejen usar el río, como si eso fue motivo de marcha, teniendo las redes sociales o los medios de comunicación para hacer llegar la idea a quienes nos gobiernan.
Realmente está todo muy desordenado y confuso, un concesionario que hace anuncios por su parte, una respuesta mediática, la rápida inauguración de una playa y la permanencia de la otra cerrada. Pareciera que ni se hablan entre el responsable de Paso Vera y funcionarios del Municipio. Acá no hay que caerle sólo a quienes nos gobiernan, hay muchas ansias de protagonismo y cada cual hace el anuncio que le parece.
Si bien es verdad que debemos esperar directrices provinciales para cumplir con un protocolo único en playas, también es verdad que ni el municipio ni el concesionario vinieron previendo nada, por lo cual hoy sólo se puede abrir el paso a estos lugares de manera recreativa y sin poder bañarse en el agua. Sabemos todos que la gente se va a terminar tirando al agua de todas formas y sólo el destino dirá si en las próximas semanas se genera una polémica ante un eventual hecho trágico, que esperemos que no llegue a pasar, pero que puede pasar.
Desde el pueblo resta pedirle a ambos, concesionario y municipio, que hagan reflexiones puertas adentro, limen asperezas y brinden una solución rápida a esta problemática. Estamos en pandemia, la gente difícilmente pueda viajar y ya quiere usar el río. Este año no tenemos peligro de inundación, ya podrían estar más que preparados y el 8 de diciembre hacen el ritual religioso que a mucha gente le tiene sin cuidado.
Abel Poltroni