A partir del próximo domingo 1 de enero habrá un aumento de impuestos internos sobre una determinada lista de productos que tendrá incidencia en los precios finales de venta al público. Si bien los stocks en los comercios no tienen incluido este incremento, lo lógico sería que los precios se ajusten para compensar lo que será el costo de reposición de la mercadería alcanzada.
Cuando se aprueba el Presupuesto de la Administración Nacional en el Congreso el foco está puesto en la inflación, el dólar, el crecimiento y cuáles son las pautas que habrá que cumplir con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Esos números que marcan la macroeconomía encandilan y permiten que de manera subterfugia se avalen medidas de impacto directo en el bolsillo de los ciudadanos y en los costos de las empresas. La aprobación de la ley de ingresos y egresos para 2023 no fue la excepción. Este impuesto es pagado por las fábricas y en consecuencia la incidencia sobre los precios de venta al público es variado y dependerá de la política de cada empresa.
El aumento de impuestos responde a la necesidad del Gobierno de asegurar las cuentas fiscales en un período en el déficit fiscal debe reducirse a 1,9% del PBI. Los productos afectados son:
-Equipos de aire acondicionado
-Celulares
-Notebooks
-Televisores
-Monitores
-Proyectores
– Equipos de música
-Hornos microondas
-Aparatos de calefacción
-Secadores de pelo, entre los más relevantes.
Comprar aparatos electrónicos antes de que suban
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