Señor director:
En la tarde de ayer tuve la ocasión de ver algo que me sorprendió y fue el llamado de atención de dos fuerzas de seguridad a una importante figura de la sociedad uruguayense y su mujer.
Fue subiendo la Defensa Sur cuando un primer control lo obligó a la colocación del barbijo a esta persona que justamente debe estar velando por el cumplimiento del Decreto Nacional y las variables que luego se fueron sucediendo en cuanto a habilitaciones y protocolos. Para mi, lo triste del caso -y si lee estas líneas se va a saber dar cuenta-, es que apenas treinta metros luego de este primer control su señora se sacó el barbijo y debió ser llamada su atención ahora por otro policía que se encuentra en la zona alta de la Defensa. Ellos doblaron, yo seguí, pero no me hubiese sorprendido si en el próximo control de las compuertas, nuevamente fueran retados. Dicen que en casa de herrero, cuchillo de palo. Deberían predicar con el ejemplo, prestar atención a estos formalismos tan necesarios en los tiempos que corren y que se exigen a estas altas investiduras. Lo justo es justo, él bien lo sabe, y así debe ser para todos. Espero que esto no moleste y entienda que a las sociedades justas las construimos entre todos.
L. M