Todos los años, cuando se aproxima el verano y comienza a hacer más calor, la mayoría de las personas aprovechan el clima agradable para realizar más actividades, especialmente al aire libre.
Existen ciertos aspectos preventivos a los que debemos prestar atención para poder disfrutar del verano, sin correr riesgos o sufrir daños.
El agotamiento por calor y el golpe de calor son algunas de las patologías que se relacionan con las altas temperaturas. «Cuando el calor es extremo, el cuerpo no puede enfriarse adecuadamente mediante el sudor e incluso puede llegar a dañar algunos órganos vitales de forma transitoria o permanente, de allí que su identificación y tratamiento serán de suma importancia «, explica la profesional.
Algunos factores de riesgo que pueden agravar el cuadro conocido como «golpe de calor» son la obesidad, la fiebre, la deshidratación, las quemaduras ocasionadas por el sol, las enfermedades cardiacas o mentales y el consumo de alcohol. «Las personas mayores, los niños y los pacientes con patologías preexistentes son más susceptibles a padecer complicaciones por las altas temperaturas. Sin embargo, el calor puede afectar a cualquier persona si se expone por un tiempo prolongado al sol o realiza actividades físicas intensas sin prevención», plantea.
¿Cómo podemos cuidar nuestra salud?
Para cuidar nuestra salud y mantener una temperatura corporal equilibrada durante los días húmedos y/o con temperaturas elevadas podemos adoptar las siguientes medidas:
– Usar ropa holgada, clara y liviana: ya que usar demasiada ropa, oscura, gruesa, muy ceñida no permite el enfriamiento necesario del cuerpo.
– Protegerse contra las quemaduras solares: se recomienda protegerse del sol con sombrero o gorra de ala ancha, gafas de sol, ropa cubritiva y protector solar con factor de protección mayor a 30 FPS mientras se está al aire libre, aplicándolo generosamente cada dos horas o luego de nadar o sudar. Las personas con piel demasiado blanca deben usar pantalla total.
– Beber abundante líquido: se recomienda tomar líquido cada 30 minutos, aunque no se tenga sed, y cada 10 minutos mientras se realiza actividad física con calor, evitando las bebidas con mucha cafeína o azúcar, muy frías o calientes. Es importante asegurarnos de que el agua sea segura, preservada en botellas limpias y frías. En el caso de los bebés, se recomienda aumentar la frecuencia de la lactancia.
– Evitar la permanencia prolongada en vehículos estacionados al sol: ya que la temperatura y la humedad dentro del automóvil se elevan muy rápido.
Dra. Valeria El Haj
Directora Médica Nacional Ospedyc