Colonia Elía celebró el último domingo su 136º aniversario, al cumplirse un nuevo año de su fundación, ocurrida el 25 de noviembre de 1889. El festejo, que había sido reprogramado, se desarrolló en el parque “Antonio Barnetche” y convocó a vecinos y visitantes en una jornada marcada por el desfile tradicionalista, espectáculos musicales y presentaciones de danzas.
En el marco de la celebración, los emprendedores locales tuvieron un rol destacado, mostrando parte de su producción. Como continuidad de ese reconocimiento, este lunes el intendente de Colonia Elía, Ramón Barrera, hizo entrega de algunos de esos productos al intendente de Concepción del Uruguay, José Lauritto.
Al respecto, Barrera explicó que el gesto tuvo como objetivo agradecer el acompañamiento y las colaboraciones brindadas por el municipio uruguayense y, en particular, por Lauritto. “Ha habido un apoyo permanente en distintas cuestiones, desde obras en el acceso a la localidad hasta trabajos de desobstrucción de cloacas y otras tareas que para nosotros son muy importantes”, señaló.
El jefe comunal destacó además que la iniciativa busca visibilizar el trabajo de los emprendedores y, a través de ellos, promover a Colonia Elía. En ese sentido, mencionó que varios vecinos que quedaron sin empleo tras el cierre del peaje se organizaron para iniciar proyectos productivos, como la elaboración de miel. Precisamente, miel, piezas de cerámica, licores, hierbas y café formaron parte de los obsequios entregados.
La Colonia y su historia
Colonia Elía tuvo su origen con el asentamiento de unas cincuenta familias provenientes de Europa, que arribaron a Buenos Aires en 1888. Estos inmigrantes habían sido solicitados al gobierno de Entre Ríos por Héctor de Elía, impulsor del proyecto colonizador.
Luego de desembarcar en el puerto de Concepción del Uruguay, las familias fueron trasladadas y alojadas durante un mes en el establecimiento ASILE, construido por De Elía. Posteriormente, se asentaron de manera definitiva el 25 de noviembre de 1889, fecha considerada como el día fundacional, y cada familia recibió un lote de 25 hectáreas.
Apenas cuatro años después, unas 2.830 hectáreas ya estaban destinadas al cultivo de trigo, maíz, lino y alfalfa, reflejando los resultados del proceso de inmigración y colonización promovido por De Elía, quien facilitó tierras, semillas, herramientas, animales de labranza y maquinarias para el desarrollo productivo de la zona.











