Dos paradas fallidas en boxes condicionaron completamente la actuación de Franco Colapinto (Alpine) en el Gran Premio de Hungría de Fórmula 1. El piloto argentino no ocultó su bronca y calificó el desempeño como “un desastre”.
En ambas ocasiones en las que ingresó a boxes, su equipo demoró más de siete segundos en completar el cambio, y además el auto presentó dificultades al reanudar la marcha. Eso lo relegó al último lugar en ambas situaciones, comprometiendo cualquier chance de sumar.
“Oh, por Dios”, exclamó Colapinto por radio apenas volvió a la pista tras la primera detención problemática.
Más tarde, en diálogo con la prensa, el pilarense explicó: “Hay que revisar todo con los ingenieros. En la largada no tenía nada de grip en el eje trasero, pude avanzar un puesto, pero después retrocedí varios”.
Aunque admitió que el ritmo del auto no fue tan malo, sentenció: “Fue una carrera para el olvido”. También remarcó que el equipo perdió mucho tiempo en distintos momentos clave y valoró la posibilidad de desconectarse: “Un poco de descanso no viene mal”.
Desde Alpine anticiparon que trabajarán junto al corredor para evaluar en detalle las fallas que marcaron un domingo frustrante y con más interrogantes que respuestas para lo que resta del campeonato.