Señor director:
El sábado pasé a la siesta en auto por plaza Ramírez y vi a un nutrido grupo de personas pedaleando, lo que me llevó a pensar que se trataba de un grupo de irresponsables que salen a hacer ciclismo por estos tiempos. Averiguando un poco, me enteré que se trataba de una marcha para reclamar por el uso del río.
Por un lado comprendo el reclamo de un acceso mayor a las playas de la ciudad, ya que durante semanas teníamos que amontonarnos en la isla del puerto; mientras el espacio de Banco Pelay lo usan unos pocos y en Paso Vera ocurre lo mismo con quienes alguna vez tuvieron la suerte de ser beneficiados con un terreno fiscal para construir un rancho.
Pese a que soy de los que reclama un mayor y más amplio uso del río, para así propiciar la distancia social, me siento en la obligación de expresar mi rechazo a estas personas que a menos de cinco días de un decreto municipal, que tiene como objetivo impedir el colapso sanitario del hospital Urquiza, ante la cantidad de casos que se multiplicaron, decidieron ser una especie de grupo rebelde.
Te están pidiendo un esfuerzo de 15 días, para aliviar el trabajo de los médicos y tratar de llegar bien a la temporada de verano. Son un grupo de intolerantes, que deciden hacer un reclamo justo cuando te piden un esfuerzo. Tienen que darse cuenta que eran sólo un puñado y que su reclamo no caló en la sociedad.
Esperen a que termine este “esfuerzo” de al menos 15 días, para luego sí pedir la apertura total del río. No hace falta pasar por revolucionarios de café, o bicicleta en este caso.
Ramón Cabral
Ciclistas provocadores de un entendible esfuerzo ciudadano
