La Agencia de Vuelos Espaciales Tripulados presentó un cronograma de pruebas para la nave Mengzhou, el módulo Lanyue y el cohete Gran Marcha-10. Todos los desarrollos avanzan según lo previsto.
China consolida su camino hacia la Luna con un ambicioso programa que tiene como objetivo llevar astronautas al satélite natural para 2030. La Agencia de Vuelos Espaciales Tripulados de China anunció este jueves un apretado cronograma de desarrollo y pruebas que incluye comprobaciones integradas para el módulo de aterrizaje lunar Lanyue, pruebas térmicas y de escape de presión dinámica máxima para la nave espacial tripulada Mengzhou, y vuelos de verificación tecnológica para el cohete portador Gran Marcha-10.
Zhang Jingbo, portavoz de la agencia espacial, confirmó en conferencia de prensa que «todo el trabajo de desarrollo y construcción destinado a la misión tripulada al satélite natural de la Tierra avanza según lo previsto». Se han completado los prototipos preliminares primordiales del hardware esencial para el vuelo, que incluyen el cohete Gran Marcha-10, la nave Mengzhou, el módulo de aterrizaje Lanyue, el traje extravehicular lunar Wangyu y el vehículo explorador tripulado Tansuo.
La misión Mengzhou-1, diseñada principalmente para misiones lunares aunque también prestará apoyo a las realizadas en la estación espacial en órbita terrestre baja, será incluida en la campaña pública de solicitud de logotipos junto con las misiones a la estación espacial china.
La infraestructura terrestre complementaria, que incluye el sitio de lanzamiento, la red de seguimiento y el lugar de aterrizaje en la Tierra, se encuentra en desarrollo acelerado. Asimismo, se han finalizado los diseños de carga útil para la investigación científica y sus aplicaciones.
Este año el programa ha realizado una serie de pruebas satisfactorias, entre las que se destacan la del sistema de propulsión de segunda etapa y la de encendido cautivo del cohete Gran Marcha-10, la de escape a altitud cero de la nave espacial Mengzhou, y la prueba exhaustiva de verificación de aterrizaje y despegue del módulo Lanyue.
El portavoz reconoció que «numerosas tecnologías nuevas aún requieren validación y la carga de trabajo prevista es considerable», dados los altos estándares de calidad y el ajustado cronograma de las pruebas de vuelo. No obstante, el equipo del proyecto se ha comprometido a superar estos obstáculos para sentar una base sólida que permita alcanzar el objetivo de exploración lunar en el plazo previsto de 2030.










