CAPITÁN PAPIS (Final) Esperanza que se trocó en amarga realidad

El “Capitán Papis” varado en el río Uruguay- Imagen extraída del diario “La Calle” de Concepción del Uruguay

El Puerto de Concepción del Uruguay fue excluido de los grandes embarques de hacienda que a fines de los años 60 salían de la Argentina hacia al norte de África y otros destinos. La mortandad de 12.000 ovejas en un buque inadecuado para esa operación, y que se varó a poco de zarpar, acabó siendo la excusa para relegar nuestra terminal portuaria. Sin embargo, otros intereses primaron.

Por Orlando Busiello (*)

El 21 de marzo de 1968 LA CALLE puso en conocimiento de sus lectores, lo siguiente: “Ha trascendido detalles vinculados con la visita a Paysandú y al Capitán Papis de nuevos funcionarios procedentes de Montevideo con la finalidad de establecer la situación de este problema, se trata de los doctores José Sánchez Martínez y Etelvino Álvarez de la División Higiene del Ministerio de Salud Pública del vecino país quienes llegaron acompañados por el armador del barco y de la Compañía Aseguradora”.
Luego continuaba diciendo LA CALLE “…los funcionarios manifestaron haber llegado a la conclusión de que la nave no puede permanecer más donde está y que el problema inmediato lo constituye su presencia a tan corta distancia de Concepción del Uruguay, cuya población teme por el foco epidémico que representa. Respecto al retiro del Capitán Papis cuanto antes para ser conducido aguas afuera se tendría previsto el empleo de dos remolcadores uno adelante para el arrastre y otro atrás para obrar como timón”.
Es evidente, que la resolución final estaba tomada pero aún faltaba terminar con las verificaciones y el papeleo necesario, con el objeto de establecer responsabilidades y llevar adelante las actuaciones legales correspondientes.

Dos días más tarde, el remolcador de la marina uruguaya “Artigas” ya estaba trabajando en el lugar y a la espera del remolcador “Powerfull” a fin de cumplimentar la tarea.
Sin embargo, pese al denodado esfuerzo por lograr desencajarlo todo había sido inútil, el cronista del diario este matutino explicaba: “Tarea infructuosa, tuvimos oportunidad de observar la labor cumplida por los remolcadores señalados para zafar de su varadura al ‘Capitán Papis’ la que no se dio hasta ahora. Se consiguió mover el barco en todas direcciones pero no se logró sacarlo del lugar donde se encuentra, su tremendo vientre se halla como adherido al fondo, lo cual da la impresión que sólo con un repunte del río la tarea podrá concluir con éxito. Aquí en esta ciudad se siguen percibiendo malos olores, más evidente la proliferación de moscas”.

¿Azar o conspiración?

Ante la imposibilidad de arrastrar el barco de su encajonamiento, llegaron desde Paysandú dos nuevos remolcadores de mayor potencia. Mientras esto ocurría, un grupo de siete personas especializadas habían llegado desde Montevideo con el “Capitán Dupont” de la Prefectura uruguaya con el fin de “…dotar al buque de ciertos elementos de autonomía, como por ejemplo el guinche para el levantamiento de las anclas, el funcionamiento de los servicios eléctricos permitirá el manejo del timón para conducir el barco río abajo por el canal lo que se considera indispensable teniendo en cuenta que el canal en ciertas zonas sólo tiene 45 metros de ancho. En caso contrario se correría el riesgo de nuevas varaduras. Además, irán dos prácticos procedentes de la capital uruguaya”.
Finalmente, el río tuvo una breve pero bienhechora crecida, trayendo la cuota de alivio que se necesitaba para que los remolcadores pudieran lograr el objetivo.
El martes 26 de marzo la pesadilla había terminado, y la nave estuvo lista para irse de estos parajes con su estela pestilente y su corte de moscas de los más variados tamaños…
El 27 de marzo de 1968, LA CALLE reseñaba: “Se inició el traslado del ‘Capitán Papis’ –ayer proa al sur, pero arrastrado por un remolcador ayer paso frente a la Stella Maris a las 16:00HS ‘El barco del mal recuerdo’, es decir el ´Capitán Papis’ que ahora con su macabra carga en su momento nos hiciera despertar tantas ilusiones y esperanzas para nuestro puerto”.
El 30 de marzo el carguero fue fondeado frente a la isla Flores, pequeño islote perteneciente a la República Oriental del Uruguay ubicado en el río de La Plata. Recién el 12 de mayo, con una tripulación de 66 hombres llevaron al Capitán Papis 180 millas mar abierto de la isla de Los Lobos, donde arrojaron los despojos de 12.000 ovinos procediendo luego a su limpieza y desinfección, regresando el 1 de junio a Montevideo.
Después de los hechos ocurridos, surgieron en Concepción del Uruguay muchas preguntas que al no tener respuestas dieron “tela” para cortar con el paso de los días. Fue así que, el imaginario colectivo tejió con hilos del rumor innumerables razones sobre el trágico desenlace del “Capitán Papis”.
Quizás una de las preguntas que la mayoría de la gente se hizo entonces, fue: ¿por qué la Compañía Exportadora contrató una nave que no estaba equipada convenientemente para trasportar ganado en pie, y menos aún, en una época del año totalmente inapropiada sabiendo que el sistema de ventilación del barco era inadecuado? ¿Qué ocurrió con las autoridades argentinas correspondientes al no prever, que ese barco podía transformarse –como ocurrió– en una trampa mortal?
Pero, también podemos preguntarnos si todo lo ocurrido fue producto de la impericia, imprevisión, o una maniobra premeditada con fines inconfesables…
Lo cierto es que el puerto de Concepción del Uruguay, que no tuvo ninguna culpa en los sucesos acaecidos, vio frustrada sus esperanzas y fue totalmente marginado de operaciones de esta naturaleza. Sin embargo, este tipo de embarques se siguieron efectuando en el puerto de “Ingeniero White” durante todo el año sin contratiempos…

(*) Profesor de Historia y escritor. Autor de los libros: “Caudillos Litorales en tiempos de Epopeya 1815–1821”. “El General y el Palacio”. “Origen, Evolución y Performances de las Instituciones Deportivas.