Por: Matías Dalmazzo
El sábado 15 de noviembre, de 16 a 20 horas, se realizará en El Faro 3260 la Jornada de Consulta y Educación sobre el Cannabis, organizada por la Comunidad Cannábica Uruguayense. El encuentro, libre y gratuito, reunirá a profesionales de distintas disciplinas, cultivadores, usuarios medicinales y referentes sociales que promueven el uso responsable y el acceso seguro a la planta.
Durante un diálogo con el abogado Gonzalo Delsart, integrante del grupo interdisciplinario que impulsa la actividad, explicó la importancia de generar espacios de información y capacitación. Además, sostuvo que aún persisten prejuicios y vacíos legales que afectan a los usuarios y cultivadores, y destacó que el objetivo de la jornada será “quitarle el tabú a la planta, compartir conocimiento y construir seguridad jurídica desde la comunidad”.
-¿Por qué es relevante la realización de jornadas de educación y consulta sobre cannabis en la ciudad, y qué impacto pueden tener en la comunidad uruguayense?
-Es muy importante que se realicen estas jornadas porque, aunque la ley se presume conocida por todos, todavía hay funcionarios que aplican la vieja ley de drogas de 1989 (23.737). Esos procedimientos generan causas judiciales extensas, donde se persigue a personas por cultivar sin verificar previamente si cuentan con autorización del Reprocann o indicación médica según la Ley 10.894 de Acceso al Cannabis en Entre Ríos.
Esa normativa, en su artículo 18, permite que las entidades de la sociedad civil capaciten a las autoridades de aplicación. Sin embargo, muchos efectivos policiales, incluso con años de experiencia, no saben distinguir una planta en floración de otra en vegetación. El Reprocann regula únicamente las plantas en floración, pero las fiscalías siguen impulsando causas costosas que no significan un verdadero golpe al narcotráfico.
Cada análisis de una planta en una causa judicial cuesta cerca de seiscientos mil pesos, mientras que analizar un lote de aceites medicinales cuesta mucho menos. Es necesario preguntarnos qué fuerzas realizan esos estudios y en qué presupuestos terminan esos fondos. Si ese dinero se destinara a combatir el narcotráfico en las fronteras, sería mucho más beneficioso para la sociedad.
También preocupa que los secretarios judiciales que ordenan el corte de las plantas no se informen sobre su estado o tamaño, y terminen destruyendo medicinas que muchas personas necesitan para tratar distintas patologías. Esa falta de conocimiento y sensibilidad demuestra la necesidad urgente de formación y actualización.
Por eso celebro estas jornadas e invito a las autoridades a participar. La educación y la capacitación, como establece el artículo 18 de la Ley 10.894, son herramientas fundamentales para aplicar la ley con sentido común, reducir daños y garantizar el acceso responsable al cannabis medicinal en nuestra comunidad.
-Muchas personas tienen interés en aprender sobre el uso medicinal o el cultivo, pero todavía sienten miedo o desconocimiento. ¿Qué mensaje les daría para animarse a participar de esta jornada abierta y gratuita?
-Todavía existe un prejuicio social muy fuerte sobre el cannabis, sobre todo cuando se conocen casos de personas perseguidas por cultivar. Ese miedo es comprensible, pero justamente por eso es importante participar de estas jornadas, donde se ofrece información clara y se comparten experiencias reales. En la ciudad se está formando un grupo con una energía enorme, integrado por cultivadores y profesionales de distintos ámbitos, que trabajan con compromiso para acompañar, orientar y generar confianza en la comunidad.
El objetivo es construir la seguridad jurídica que impulsó el Reprocann, pero aplicada a la realidad entrerriana y de cada municipio. Queremos que las personas sepan que no están solas, que hay espacios serios y abiertos donde se puede aprender sin miedo. Estas jornadas son una oportunidad para derribar prejuicios, acercarse al conocimiento y fortalecer una red de apoyo que busca mejorar la calidad de vida de muchas familias. Estamos en eso y seguimos avanzando.
-Desde su experiencia profesional, ¿cuáles son los errores más comunes que comete un cultivador o productor cuando no conoce las bases legales que regulan el uso del cannabis?
-El principal error no está en el cultivador, sino en la falta de confianza hacia un Estado que todavía no garantiza seguridad jurídica. Muchas personas que cultivan desde hace años sienten miedo de brindar sus datos personales porque temen ser perseguidas o criminalizadas. Esa desconfianza no nace de la desinformación, sino de una respuesta insuficiente a nivel nacional para proteger a quienes cultivan con fines medicinales o solidarios.
Ante esa ausencia, distintos movimientos cannábicos del país están construyendo sus propias herramientas de resguardo. En pleno 2025, provincias como Mendoza y varios municipios impulsan leyes y ordenanzas que reconocen proyectos comunitarios y turísticos vinculados al cannabis. Esos ejemplos marcan un camino posible: avanzar hacia una seguridad jurídica real, construida desde los territorios y con participación de la sociedad civil. Hacia ese objetivo nos dirigimos.

-¿Cómo se encuentra hoy la relación entre el movimiento cannábico y las fuerzas de seguridad en Entre Ríos? ¿Siguen registrándose allanamientos o causas contra personas con respaldo legal?
-Sí, todavía se registran allanamientos y causas judiciales que están muy lejos de representar un golpe al narcotráfico. En muchos casos, los procedimientos recaen sobre autocultivadores, cultivadores solidarios, clubes cannábicos, cooperativas, fitomejoradores, organizadores de copas cannábicas y artistas. Todos ellos forman parte de la cultura cannábica, un movimiento diverso que promueve la producción responsable, el acceso seguro y la difusión del conocimiento.
Esa cultura, construida a lo largo del tiempo, también se convierte en una fuente de derecho, porque los hábitos y las costumbres sociales generan nuevas formas de reconocimiento y legitimidad. Incluso figuras públicas han sido alcanzadas por causas injustas: hace algunos años, al artista Duki le iniciaron un proceso por cannabis en La Histórica, y hoy es uno de los músicos más populares que visibiliza abiertamente la cultura cannábica. En sus letras menciona a Mauro Lamónica, referente nacional en fitomejoramiento genético, como símbolo de esta nueva etapa de cambio y aceptación social.
-¿Por qué cree que es una buena oportunidad asistir a esta jornada del 15 de noviembre y qué beneficios puede dejar para quienes se acercan por primera vez a este tema?
-La jornada del 15 de noviembre tiene como objetivo principal quitarle el tabú a la planta y ofrecer información clara y accesible. Queremos explicar cómo acceder al registro del Reprocann, cómo realizar distintos tipos de cultivo y qué métodos existen para hacer extracciones seguras. Además, habrá actividades abiertas y espacios de intercambio que permitirán acercar conocimiento a quienes recién comienzan a interesarse en el tema.
También creemos fundamental escuchar a la gente, porque construir comunidad implica dialogar, compartir experiencias y aprender juntos. No buscamos convencer a nadie, sino brindar información que puede ser útil para alguien, un amigo o un familiar. Muchas veces, conocer cómo usar el cannabis medicinal puede aliviar el dolor o incluso reemplazar un pastillero por un gotero. Esa es la verdadera razón por la que vale la pena participar.












