Bregar por todos

Carlos Heller

Al cabo de dos años, luego de haber asumido el gobierno del Frente de Todos, en 2021 la inversión fue del 20,1%, un incremento de casi tres puntos del PBI. A pesar de la pandemia neoliberal y sanitaria, no sólo se logró incrementar este guarismo, sino que mejoró su composición. Según se lee en el último informe del Centro de Estudios para la Producción, “si bien todos los componentes de la inversión superaron los niveles de 2019, se observó en 2021 un cambio de perfil notorio: producto de una creciente sustitución de importaciones, los bienes de capital nacionales han ido ganando terreno sobre los importados”. El FMI acaba de publicar un estudio titulado: “América Latina enfrenta riesgos inusitadamente altos”, elaborado, entre otros, por el director para el Hemisferio Occidental del organismo, Ilan Goldfajn. Cómo será de grave la situación que hasta el mismo Fondo señala que “para garantizar la cohesión social y reducir el riesgo de tensión social, los gobiernos deberían proporcionar apoyo focalizado y temporal a los hogares vulnerables y de bajo ingreso” y agrega que “donde no existen redes de protección desarrolladas, los gobiernos podrían poner en marcha mecanismos temporales para suavizar el traslado de la subida de los precios internacionales a los precios internos”. Saliendo del más corto plazo, el FMI también señala: “El gasto en programas sociales, salud, educación e inversión pública debe protegerse, al tiempo que se implementan reformas tributarias (como el aumento de los impuestos sobre la renta de las personas físicas) que apuntalen el crecimiento inclusivo y ayuden a los países a mantener la sostenibilidad fiscal”. Los gobiernos que quieren implementar políticas en favor de las mayorías deben lidiar con oposiciones muy radicalizadas, con muchos recursos y que acuden a la exacerbación de los odios para intentar incidir en las sociedades. “Queremos nuestro país de vuelta. Nos lo van a devolver, por las buenas o por las malas”, expresa un comunicado distribuido por integrantes de la principal oposición. Cabe preguntar: ¿El país de quién y para quién? ¿Para unos pocos, para algunos, o para todos? Como mencioné reiteradas veces, la clave pasa por cómo se acumula y cómo se distribuye lo que se genera. El sistema actual tiende naturalmente a la concentración de la riqueza. Por eso hace falta contar con un Estado muy activo garantizando los servicios públicos esenciales y utilizando las herramientas de las que dispone para bregar por una vida digna para toda la ciudadanía.