Este domingo, Boca Juniors y River Plate se enfrentarán en La Bombonera en un Superclásico cuyo resultado es fundamental para las aspiraciones de ambos clubes de clasificar a la Copa Libertadores 2026, en un contexto de presente deportivo divergente.
El encuentro representa un duelo clave dentro del Torneo Clausura, pero su mayor peso radica en la proyección hacia el torneo continental. Boca Juniors, dirigido por Claudio Úbeda, llega al partido en una posición de fuerza. Es puntero de la Zona A con 23 puntos, tras haber ganado tres de sus últimos cuatro partidos. En la tabla anual, que define la clasificación a la Libertadores, el equipo ocupa el segundo lugar con 56 puntos, por lo que un triunfo en este partido le aseguraría matemáticamente un cupo directo para la Copa Libertadores 2026, competencia de la que está ausente desde la edición 2023.
Por el contrario, River Plate afronta el clásico en un momento de profunda irregularidad. El equipo de Marcelo Gallardo ha perdido siete de sus últimos diez partidos, lo que lo ubica en la sexta posición de la Zona B del Clausura y pone en duda la continuidad de su director técnico. En la tabla anual, el equipo «Millonario» se encuentra tercero con 52 puntos, posición que por el momento lo clasificaría para la fase previa de la Libertadores, torneo en el que participa ininterrumpidamente desde 2015.
Sin embargo, una derrota en La Bombonera dejaría a River en una situación comprometida, al borde de la eliminación de la lucha por el Clausura y peligrando su lugar en la tabla anual, donde no puede permitirse perder terreno. Para Boca, una caída ante su rival también complicaría seriamente su panorama, al acercar a River en la tabla anual y permitir que otros perseguidores, como Argentinos Juniors y Deportivo Riestra, recorten la diferencia en caso de victorias paralelas.










