BEATRIZ AHUMADA: su fallecimiento

por Alfredo Guillermo Bevacqua  –

Ayer nos disponíamos a hacer una nota sobre la visita de los presidentes  Alfonsin y Sanguinetti a nuestra ciudad en agosto de 1987, en plena campaña caliente. Entre el material reunido se encontraba el ejemplar de Caras y Caretas editado con motivo del décimo aniversario de la muerte del hombre que derrotó al peronismo por primera vez. Sentimos el corazón estrujado; la  revista está aún envuelta en el papel que la resguarda en el envío. Nuestra intención era regalársela a Beatriz  pero algunos compañeros no eran suaves en su críticas, pero en todas las notas había si un respeto; era un político que condujo un país que había perdido una guerra y tenía a 30 mil militantes desaparecidos, seguramente los mejores. Entonces por temor a herir su sensibilidad en un momento tan complicado de su vida, preferimos volverla a nuestra desordenada biblioteca  aunque se hubiese emocionado seguramente con la cálida nota que  escribió María Seoane, y con pasajes de otros autores que distinguían a ese gallego visceral de verba encendida. Al enterarnos a la una y media de la mañana, de la infausta noticia,  al dolor de la misma se suma el de no haberle regalado un momento de emoción por el hombre que admiró con devoción.
Ahora  nos queda su recuerdo de una persona inteligente, avanzada estudiante de abogacía, pero que sabía como el que mas, y en Seguros es probable que a mas de un titulado profesional habrá callado.
Fue una tenaz militante del radicalismo. Lo hizo con su capacidad intelectual, con pasión y con un respeto que merece nuestro reconocimiento. En mas de tres décadas en Rio Uruguay mostró un sentido de pertenencia y de responsabilidad que cimentaron un prestigio y permitieron en los momentos difíciles que toda actividad atraviesa, y sobre todo en nuestra Argentina, ser columnas que sostuvieran su continuidad y permitieron el retorno a momentos mejores. Ayer, en Beatriz la vida ha cumplido inexorable la redondez de su ciclo. Un pedazo grande de la historia y lo mejor de esa Cooperativa que es de todos se ha desprendido de nuestro entorno pero seguirá en el corazón de quienes tuvimos la satisfacción de saber de su cercanía y calidad humana.
Gracias Beatriz por el ejemplo de tu generosidad, por tu laboriosidad, por ser madre y abuela total. Falleció anoche. Tenía 68 años.