El avión venezolano-iraní que estuvo retenido en el aeropuerto de Ezeiza dejó Argentina después de un año y ocho meses para ser trasladado a Estados Unidos, país que había solicitado su decomiso. Esta solicitud se basó en la transferencia irregular de la aeronave por parte de la compañía aérea iraní Mahan Air a Emtrasur, una filial de la empresa estatal venezolana Conviasa.
El Boeing 747-300 había estado en Argentina desde junio de 2022 y partió en la madrugada de un lunes. El juez federal Federico Villena decidió entregar la aeronave tras recibir la aprobación de la fiscal Cecilia Incardona, luego de la solicitud del país norteamericano.
El juez aceptó la petición del Tribunal para el Distrito de Columbia, que argumentó que el avión estaba sujeto a decomiso debido a violaciones de las leyes de control de exportaciones de Estados Unidos relacionadas con la transferencia no autorizada del avión de Mahan Air.
El avión llegó a Argentina el 6 de junio de 2022 transportando autopartes de Volkswagen y dos días después intentó volar a Uruguay para cargar combustible, pero el gobierno uruguayo le impidió aterrizar.
En aquel momento, la justicia argentina retuvo a la tripulación de la nave, compuesta por quince ciudadanos venezolanos y cuatro iraníes, pero fueron liberados por falta de mérito cuando se determinó que no habían cometido ningún delito.
El gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela rechazó el decomiso del avión venezolano-iraní por parte de Estados Unidos. A través de un comunicado, el canciller Yván Gil condenó la decisión del juez argentino Federico Villena, acusándola de servir a los intereses imperiales. El gobierno venezolano afirmó haber demostrado la posesión legal y legítima de la aeronave, que según ellos estaba dedicada al transporte de insumos de primera necesidad.
