Durante muchos años, los estudios de televisión formaron parte de un “segundo hogar” para Fede Bal. Participante de varias temporadas del Bailando, desde muy chico se la pasó brindando entrevistas y participando de diferentes programas. Pero este año debió ponerle una pausa obligada a su vida mediática: a principios de marzo le diagnosticaron cáncer de intestino y tuvo que dedicarse exclusivamente a descansar y recuperarse. Afortunadamente, después de 130 días de tratamiento, recibió el alta. Fue un proceso muy duro, según él mismo contó, a tan poco tiempo de la muerte de su padre, Santiago Bal, pero el joven tiene la capacidad de ver la mitad del vaso lleno y sacó más de una enseñanza. Este sábado, finalmente, volvió a la televisión y dio detalles al respecto: “Era un tipo muy ambicioso en mi carrera profesional. Pero me di cuenta de que si no tenés salud, no tenés nada. Si no sos feliz tenés que hacer algo para cambiar porque somos únicos e irrepetibles”.
El hijo de Carmen Barbieri abrió su corazón y dijo: “Tuve mucho miedo, pero no miedo a morirme. Eso nunca. Tuve miedo a no poder vivir bien, como se debe. No quería dejar sola a mi vieja, eso ya me toca en un lugar fuerte, pensé mucho en mi mamá, y muchísimo más en mi papá, que ya no estaba para darme un abrazo. A él le pasó lo mismo que a mí y lo pudo superar. A él le pasó a los 40, a mi abuelo a los 50 y a mí a los 30: cada diez años menos aparece en mi familia, por eso son muy importantes los estudios”. Fede contó que, al enterarse, no solo pensó en su familia, sino también en sus amigos, su perro y en las cuentas que debía pagar: “Es rarísimo pensar en eso porque si te morís, ¿a quién le van a venir a cobrar? Me fui de 15 grupos de WhatsApp porque no me gustaba levantarme y que me manden algo que no le hacía bien a mi energía. También llamé a ex novias y pedí disculpas. Les dije mucho a mis amigos que los amaba. Los tipos muchas veces no lo hacen. Pedí ayuda porque también era muy autosuficiente, decía ‘puedo solo’ y era un poco solitario”. Afortunadamente, lo difícil ya forma parte del pasado. “Yo me siento muy bien”, aseguró.