Del informe elaborado por el área se desprende que, de los 131 casos, el 13 % corresponde a niños, el 10 % a adolescentes y el 77 % a adultos.
El 2020 fue atravesado entre otras cosas, por la pandemia producida por el coronavirus, lo que generó modificaciones en el comportamiento de las personas en sus distintos rangos etarios.
Es por este motivo, es que el director de Salud Mental de Conncepción del Uruguay, Germán Bercovich, destacó en principio, que “debemos primero destacar el marco legal de lo que abordaremos; ya que nuestro país cuenta con una la ley nacional de salud mental número 26.657, que la define como “un proceso determinado por componentes históricos, socio-económicos, culturales, biológicos y psicológicos, cuya preservación y mejoramiento implica una dinámica de construcción social vinculada a la concreción de los derechos humanos y sociales de toda persona”, explicó.
Luego de la apreciación, el funcionario remarcó la importancia de que el Municipio cuente con un área conformada por profesionales para atender a los vecinos, en un tema que cobra interés con el paso del tiempo.
“Por eso, la psicóloga Ana Laura Rodríguez que se incorporó al equipo para trabajar con nosotros, contribuyó con el relevamiento y los datos que proporcionaron un primer informe sobre los casos atendidos en referencia a la salud mental de los uruguayenses y la importancia de contar con este servicio de manera gratuita”, destacó el director del área.
Por su parte, Rodríguez añadió que “considerando la multiplicidad de factores que inciden en nuestro bienestar, los siguientes datos relevados buscan la reflexión acerca de la relación existente entre la salud mental, por un lado, y las categorías de sexo, edad, nivel educativo y situación laboral, por el otro”, explicó.
Los números
La estadística se construye en función a los 131 pacientes atendidos en los diferentes Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) municipales en el período mayo-noviembre de 2020.
En función al género, se observa una mayor consulta en mujeres (59%) que en varones (41%).
Esa diferencia en la asistencia a consulta “puede deberse a la construcción social, que opera sobre determinados varones, que les atribuye imperativos de fortaleza, poder e independencia, dejándoles poco margen a que puedan pedir ayuda”.
Las edades
La síntesis del trabajo registrado por la Dirección durante el año pasado también se muestra en función a la edad: de 5 a 10 años (13%), de 11 a 15 años (10%), de 16 a 20 años (12%), de 21 a 25 años (15%), 26 a 30 años (13%), 31 a 35 años (5%), de 36 a 40 años (13%), 41 a 45 años (7%), 46 a 50 años (4%), 51 a 55 años (5%) y 56 a 75 años (3%).
Se aprecia, por lo tanto, que existe una concentración de consulta en menores de 50 años, registrándose un 81%, mientras que a partir de esta edad empiezan a disminuir, lo cual puede deberse a la peligrosidad del virus en personas mayores que mayormente se quedaron en sus hogares resguardándose.
En referencia al nivel educativo, “observamos que existe un mayor porcentaje de consulta en personas que no cuentan con educación superior (51%), mientras que las personas que sí cuentan con una enseñanza superior consultan en menor medida (13%).
Esas cifras reflejan que el estatus educativo es un factor socioeconómico que se asocia al bienestar emocional de las personas”.
Atento a esa referencia, la profesional recordó que “España, por citar un ejemplo, realizó diversas investigaciones sobre este nexo, a través del trabajo ‘El nivel educativo como factor asociado al bienestar subjetivo y la salud mental’ cuyo análisis constata que un alto nivel educativo afecta positivamente en las conductas y en la toma de decisiones que fundamentan el estilo de vida de los ciudadanos, siendo éstos más conscientes de sus problemas, lo que les permite desarrollar herramientas y recursos para resolverlos”.
Los motivos
En lo que respecta a la situación laboral, los datos reflejan que del total de las y los pacientes, el 26% se encontraban desempleados al momento de la consulta y el 23% realizando un trabajo informal. Los motivos que orientaron a los y las pacientes a acercarse a los CAPS municipales son diversos y muchas veces se encuentran interrelacionados.
No obstante, según los datos relevados el 65% se acercó por Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG), mientras que el 7% por estar atravesando un duelo, otro 7% por problemas de pareja, el 6% fue orientación a madres y padres debido a cambios en la conducta de sus hijos, el 5% a causa de trastornos afectivos con mayor preponderancia de cuadros depresivos, el 2% por consumo problemático de sustancias y el 3% de los casos se vincula a otros problemas asociados.
“Si bien no tenemos datos para cotejar cuáles fueron las razones que motivaron a los y las pacientes a acercarse a los CAPS años anteriores, podemos inferir que el gran porcentaje de prevalencia de ansiedad como cuadro experimentado, puede encontrar respuesta al contexto social sanitario que estamos atravesando. No caben dudas que la situación que se vive a nivel mundial, ha impactado en el bienestar emocional ante la irrupción del covid-19, generando estrés, miedo, tristeza y ansiedad. De un momento a otro, la rutina se vio afectada, la incertidumbre cobró relevancia y debimos adaptarnos a una nueva normalidad, apelando a activar recursos para sobrellevar esta realidad impuesta”, concluyeron los miembros del equipo de Salud Mental.