Un economista y un ingeniero comenzaron en 2005 Tlon Space, una empresa destinada a desarrollar un lanzador espacial de menos de una tonelada de peso capaz de poner en órbitas bajas cargas de hasta 25 kilos, cuyo vehículo experimental tiene previstos cuatro vuelos de prueba a lo largo de 2022 desde su puerto espacial en la costa bonaerense.
El Aventura I es el primer lanzador espacial para colocar picosatélites y nanosatélites en órbitas de entre 200 y 850 kilómetros de altura, otorgándole a sus operadores la flexibilidad para elegir en donde desean ser colocados en lugar de ser cargas secundarias de lanzadores pesados que los colocan en las órbitas en las que su misión principal se los permite.
Tlon Space participó la semana pasada de «Satellite DC», la feria internacional de la industria aeroespacial que se lleva a cabo en Washington, la capital estadounidense, donde formó parte de la delegación argentina junto a otras ocho empresas y organismos nacionales, y en donde este nuevo lanzador espacial despertó el interés de numerosas firmas dedicadas al desarrollo de satélites livianos. Pablo Vic, uno de los creadores, remarcó que «el ‘Aventura I’ es un lanzador espacial miniaturizado, es el primer vehículo espacial por debajo de la tonelada de peso dedicado para posicionar nanosatélites en órbita baja, es un servicio para llevarlos a la órbita en la que quieren estar y no en la que los pueden dejar que es lo que sucede ahora cuando van como cargas secundarias en lanzadores grandes que ponen en órbita satélites de mayores dimensiones».