Alegrini analizó la seguridad en Concepción del Uruguay y el impacto de la delincuencia juvenil

El jefe de la policía local, Esteban Darío Alegrini, repasó los operativos, casos judicializados y la problemática de menores implicados en delitos. También destacó la coordinación con intendentes y la preparación de la fuerza para las elecciones de octubre.

Por: Matías Dalmazzo



El comisario mayor Esteban Darío Alegrini asumió la jefatura de la Departamental Uruguay en julio de 2024, en un contexto de cambios internos que incluyó el traslado de la subjefa y la disponibilidad del jefe anterior. Desde entonces, su gestión se centró en reforzar la prevención y la respuesta rápida ante delitos; con especial atención a la violencia de género y familiar, que representan la mayoría de los casos en Concepción del Uruguay.

Durante su primer año, Alegrini enfrentó episodios que marcaron su gestión, como la investigación de vejaciones cometidas por uniformados en la Comisaría Primera y la detención de un adolescente en Plaza Columna. En ambos casos, la fuerza actuó de inmediato, comunicó a la justicia y abrió sumarios internos, buscando transparencia y responsabilidad institucional.

La Departamental Uruguay cuenta con 510 efectivos y cerca de 30 móviles distribuidos en 17 dependencias. Alegrini reconoció que las zonas más conflictivas son las jurisdicciones de la comisaría primera y tercera, y destacó la coordinación con los intendentes del departamento, lo que permite mejorar la seguridad local y planificar acciones preventivas junto a la comunidad.

-Estamos en agosto de 2025, pero asumiste en julio de 2024 y fuiste ratificado por el ministro Roncaglia en diciembre de ese mismo año; cuando hubo recambio de autoridades en otras departamentales. Quizás para quienes no te conocen, podríamos empezar con una presentación: ¿quién sos?

-Buenas tardes, sí, es correcto. Yo vine en julio del año pasado aproximadamente desde la Departamental de Diamante, donde estaba cumpliendo funciones como jefe departamental. Desde entonces estoy cumpliendo funciones acá. Soy el comisario mayor Esteban Darío Allegrini, con 29 años de servicio que estaré cumpliendo en febrero.

En cuanto al balance que puedo hacer, siempre digo que no me gusta hablar demasiado de estadísticas, aunque para nosotros son importantes porque nos permiten saber dónde estamos parados y cómo debemos organizar nuestras tareas operativas.

Yo siempre remarco que la estadística es útil para el trabajo policial, pero no alcanza para reflejar la realidad de la gente. Por ejemplo, puedo decir que bajamos el delito un 50 por ciento, pero si ocurre un solo robo, eso ya es motivo de preocupación para la comunidad, y también lo es para nosotros.

-¿El delito bajó en un 50 por ciento en la ciudad durante el último año de gestión?

-Sí, es correcto. Pero más allá de las estadísticas, cuando llegué a esta Departamental dejé en claro a los funcionarios que nuestra tarea tiene dos funciones. La primera es la función preventiva: tratar de que los hechos no ocurran, aunque sabemos que no podemos estar en todos lados y que, inevitablemente, alguno va a suceder. La segunda es la función represiva: cuando ocurre un delito, debemos buscar a los autores, recuperar el bien si es posible y ponerlo a disposición de la Justicia.

Esas dos funciones deben cumplirse con total responsabilidad y compromiso, porque lo que la gente espera de nosotros es poder vivir en paz, y esa misión no es un dato menor. Para lograrlo, tenemos que reforzar las tareas preventivas y, en caso de que el delito suceda, actuar de inmediato para dar con los responsables.

En cuanto al balance del último año, los delitos que más se registraron son: en primer lugar, violencia de género y violencia familiar, que representan entre un 60 y 65 por ciento del total. Luego siguen las estafas, con un 10 a 15 por ciento, y finalmente los delitos contra la propiedad, que ocupan el porcentaje restante.

-Tu llegada a la Jefatura Departamental se dio en medio de una investigación interna por supuesta malversación de fondos y meses después denunciante ante la justicia a uniformados de la fuerza: ¿Qué recordás de esos primeros días? y ¿cómo se fue dando la transición hasta el caso de marzo en la Comisaría Primera?

-Sí, es correcto. En ese momento yo estaba cumpliendo funciones en Diamante, cuando fui convocado por el jefe de Policía para hacerme presente en esta Jefatura de Concepción del Uruguay. La decisión se tomó porque debían remover a los dos jefes que se encontraban al frente debido a una situación irregular.

Respecto a esa causa, todavía hoy sigue judicializada. A la par, hay un sumario administrativo interno en trámite. Actualmente, la subjefa de entonces está cumpliendo funciones en otra departamental y el jefe departamental de ese momento permanece en situación de disponibilidad.

En cuanto al hecho ocurrido el 6 de marzo, se trató de un robo calificado: una mujer fue abordada por dos personas que le sustrajeron sus pertenencias. Con las características aportadas por la víctima, el personal policial salió a buscarlos y encontró a dos individuos similares, que fueron detenidos y trasladados a la comisaría.

La fiscal en turno dispuso que quedaran aprehendidos, pero luego se advirtieron irregularidades en el accionar de algunos uniformados, a través de las cámaras de la misma comisaría. Una vez informado, ordené comunicar la situación a la Fiscalía, que dispuso la separación inmediata de los policías implicados. Además, se ordenó su detención y el pase a disponibilidad de los mismos.

Hoy esa causa también se encuentra judicializada y, al mismo tiempo, bajo sumario administrativo interno.

Acá te dejo la pregunta y la respuesta reacomodadas, con la pregunta reducida a no más de dos renglones y la respuesta ordenada para que se entienda mejor, sin quitar nada:

-¿Cómo se prepara la policía para la jornada electoral? ¿Habrá un operativo especial o todo transcurre con normalidad?

-El martes tuvimos una reunión en San Salvador con el jefe de Policía de la provincia y con los jefes departamentales. Uno de los temas planteados por el director de Operaciones fue justamente la elección que se aproxima en octubre. Hasta el momento no hemos tenido contacto ni reuniones con el Ejército, que es el que lleva la parte organizativa, pero ya se nos adelantó que el operativo será muy similar al de elecciones pasadas, sin grandes modificaciones.

En lo que respecta a nuestra función, la tarea será preventiva: control en las escuelas, recorridas y presencia policial. Es decir, un esquema prácticamente igual al de comicios anteriores.

-Hace dos semanas circularon videos de la detención de un motociclista de 17 años, cuya familia denunció presunto maltrato policial. ¿Qué nos podés comentar sobre esa situación?

-Sí, esto ocurrió hace unos 15 días. El personal policial observó en Plaza Columna a un grupo de chicos, algunos con antecedentes por robo de motovehículos. En el lugar había una moto con características similares a una denunciada como sustraída. Por ese motivo se intentó realizar un operativo para identificar a los jóvenes y pedir la documentación correspondiente.

Al verse controlados, los chicos comenzaron a escapar en sus motos, circulando por la vereda y la zona verde. En ese contexto, uno de ellos embistió a un oficial que intentaba detenerlo. Ese joven fue reducido y se comprobó que no tenía patente ni seguro obligatorio. Además, el cuadro de la moto estaba pintado, lo que impidió verificar la numeración. Un perito debió despintarlo para determinar la identidad real del vehículo. Por esa irregularidad, la fiscal dispuso el secuestro preventivo hasta confirmar la veracidad de la documentación presentada.

Luego, la familia denunció presunto maltrato policial. Ante esto, ordené iniciar una información sumaria interna para evaluar si el procedimiento fue correcto o no, y en caso contrario aplicar las sanciones correspondientes. Paralelamente, se judicializó toda la situación y se informó a la fiscalía tal como ocurrió.

Contamos además con registros de cámaras de videovigilancia ubicadas en la plaza que muestran lo sucedido. Cabe aclarar que este joven no tiene antecedentes, pero se encontraba junto a otros con prontuario por robo de motos, allanamientos y detenciones previas. La moto presentaba varias irregularidades: no tenía patente, el escape no era el correspondiente, no tenía seguro vigente y el cuadro estaba adulterado.

Todo el procedimiento fue informado a la fiscalía y está en investigación, tanto en sede judicial como administrativa, para determinar la corrección del accionar policial.

-En este año de gestión, ¿pudiste identificar las zonas más conflictivas de Concepción del Uruguay y si existen patrones en los delitos como robos, violencia de género o estafas?

-Cuando llegué a Concepción del Uruguay lo primero que observé fue que había cuatro comisarías, cinco contando la del Menor, y que el crecimiento de la ciudad es muy grande en comparación con la capacidad de cobertura policial actual. Noté que la comisaría primera y la tercera tienen jurisdicciones demasiado amplias para poder realizar tareas preventivas, por lo que es necesario contar con una nueva comisaría que permita dividir esas responsabilidades.

Ese tema también es una preocupación del intendente, quien ya lo planteó al ministro, al igual que yo al jefe de Policía de la provincia. Estamos trabajando para que el año que viene se pueda concretar, aunque eso requiere recursos humanos, móviles y materiales.

Hoy, los lugares más conflictivos son la comisaría tercera, seguida por la primera y la segunda. En la zona céntrica hubo algunos hechos, pero en menor medida. La violencia de género y los problemas familiares se dan principalmente en los barrios más vulnerables, lo que genera a su vez situaciones que afectan a los chicos y los exponen a caer en distintos delitos. Estamos trabajando en esa problemática, que no es solo local sino nacional, para tratar de reducir su impacto.

 -Concretamente, ¿con qué recursos cuenta la Departamental Uruguay en materia de personal y móviles para cubrir la ciudad y las zonas rurales?

-En la Departamental Uruguay somos 510 personas, entre hombres y mujeres, que cumplen funciones en todo el departamento. Contamos con 17 dependencias, entre comisarías y subcomisarías, y cada una dispone de un móvil, en su mayoría camionetas, porque hay que cubrir muchas zonas rurales.

Por ejemplo, Basavilbaso tiene dos móviles, ya que es la ciudad más grande después de Concepción del Uruguay. Caseros viene creciendo mucho, por eso incorporamos un segundo jefe en esa localidad, lo que seguramente en los próximos años requerirá más personal.

En cuanto al comando, tiene cuatro patrulleros más, destinados a jefatura, operaciones y otras áreas específicas. Si sumamos investigación y tóxicos, en total contamos con cerca de 30 móviles para todo el departamento.

Quiero destacar el esfuerzo de la Policía porque, con los recursos que tenemos, resolvemos las situaciones que se presentan. A pesar de las necesidades que tiene toda la provincia, en Concepción del Uruguay se pone lo mejor de cada funcionario para poder cumplir con la comunidad, y eso es algo que merece ser resaltado.

-Hace poco se realizó una reunión en Colonia Elía con los intendentes del departamento Uruguay, en la que vos fuiste uno de los protagonistas en materia de seguridad. ¿Qué balance hacés de ese encuentro y cómo continúa el trabajo conjunto?

-La verdad es que la iniciativa surgió de mí. Llamé uno por uno a los intendentes y todos aceptaron de inmediato, más allá del color político que representen. El objetivo fue mostrarles la realidad del departamento Uruguay: cómo está conformada cada jurisdicción, con qué recursos cuenta, cómo funcionan las comisarías, cuáles son los delitos más comunes y de qué manera los comisarios los resuelven, además de las ideas que tienen para mejorar la seguridad en cada localidad.

La reunión fue muy satisfactoria y los intendentes se sorprendieron con la realidad que les expusimos. A partir de ese encuentro comenzamos a trabajar de manera conjunta. Ya se definió que el próximo encuentro será en Santa Anita, el martes, donde se tratarán temas específicos para seguir avanzando.

-En los últimos meses varios hechos delictivos tuvieron como protagonistas a menores de edad. ¿Cómo analizan esta situación desde la Departamental Uruguay?

-Sí, efectivamente es así y me llamó la atención al llegar a Concepción. La mayoría de los hechos son cometidos por menores de edad, lo que dificulta tanto la tarea policial como judicial porque el tratamiento hacia ellos es especial. Estamos trabajando en forma conjunta con la Justicia, que logró derivar a algunos chicos a los institutos de Concordia, Paraná y otro en la zona de Campana; donde reciben tratamiento y protección por un tiempo con el fin de recuperarlos.

Sin embargo, la ley de minoridad establece que deben recuperar la libertad de inmediato: nosotros los detenemos en flagrancia, los llevamos a la división de minoridad y allí se los entregamos a sus padres en forma inmediata. Muchas veces los mismos padres nos dicen que nos los llevemos porque no pueden manejarlos. Es una situación muy problemática, pero seguimos trabajando junto a la Justicia para encontrar una solución, porque en definitiva hay que darle respuestas a la gente.

-¿El consumo de drogas influye en la problemática delictiva juvenil o no guarda una relación directa?

-Sí, el consumo de drogas tiene que ver y las adicciones son uno de los motivos, pero no es el único factor. Acá tenemos que considerar que existe una problemática social y cultural más amplia. Muchas familias están rotas por situaciones de violencia de género, violencia familiar o separaciones. Además, la educación está en crisis: hay muchos chicos que dejan de estudiar, y los clubes también atraviesan dificultades económicas que limitan su rol de contención.

Al no estar sostenido en esos tres pilares fundamentales —familia, escuela y clubes— el chico queda en la calle y ahí surge la problemática. Entonces, si bien el consumo de drogas es un factor, todo lo que mencioné también suma y agrava la situación.