Se cumple un año de la muerte de Diego Armando Maradona. Para algunos fue Dios, o el más humano de los dioses según Galeano, y desde esa fecha hasta hoy, el mundo del fútbol, además de otras disciplinas deportivas, no paran de rendirle tributos y homenajes a quien fuera el deportista argentino con mayor popularidad y reconocimiento.
Aquel 25 de noviembre de 2020, apenas pasado el mediodía, los titulares de los medios y el mundo no hablaron de otra cosa: la muerte alcanzó a Maradona después de tantas gambetas. El silencio en la calle fue ensordecedor hasta que los fanáticos coparon lentamente las calles, a pesar de la pandemia y las medidas sanitarias.
Hubo larguísimas filas de cuadras por la Avenida de Mayo para ingresar a la Casa Rosada. Un pueblo que viajó hacia la Plaza de Mayo para retener en un abrazo imaginario al futbolista que se subió al podio mundial con las pilchas del héroe nacional. El dolor se transformó en fiesta popular.
Al margen de Argentina, el amor de Italia por el «Pibe de Oro» sigue intacto en todo el país, y un epicentro especial en Nápoles, la ciudad en la que el astro brilló en la década del 80. La desaparición del héroe hizo olvidar a San Gennaro para solicitar milagros. Hoy, inaugurarán estatuas, celebrarán misas, habrá especiales de la RAI.
Maradona. El crack de Villa Fiorito tanto en Los Cebollitas, el juvenil campeón mundial en Japón 1979 o con el seleccionado que se abrazó a la gloria en México 1986.
A un año de la incredulidad de aquella noticia y la ilusión de que Diego sería eterno. Su vida nos pasó por delante de los ojos. Su ausencia física se perpetuó como un imposible de asimilar.