Un narcotraficante, un expolicía, un informante y un carpintero serán juzgados en el segundo debate oral por el crimen de Candela Sol Rodríguez, la niña de 11 años secuestrada y asesinada hace nueve años en Hurlingham, una vez que finalice el aislamiento por la pandemia del coronavirus que, de continuar, obligará a postergar la audiencia preliminar prevista para mediados del mes próximo, informaron fuentes judiciales.
A nueve años de que Candela fue hallada asesinada en una bolsa de residuos tras permanecer nueve días en cautiverio, el Tribunal Oral Criminal (TOC) 6 de Morón ya notificó a las partes que ni bien el Gobierno dé por concluido el aislamiento social, preventivo y obligatorio, se llevará a cabo la audiencia preliminar al debate.
«Se realizará siempre y cuando se levante la cuarentena. Ya las partes están notificadas», dijo a Télam un vocero judicial, quien explicó que la defensa de los acusados se opone a llevar adelante el proceso de manera virtual.
Una vez realizada esa audiencia, el TOC 6 fijará el día de inicio del debate, que espera pueda concretarse este año.
En este segundo juicio estarán en el banquillo de los acusados el narcotraficante Miguel Ángel «Mameluco» Villalba (56); el expolicía bonaerense Sergio Chazarreta (52), dueño de la camioneta negra que se utilizó para trasladar a Candela; el sindicado «buchón» de la policía Héctor «El Topo» Moreyra (50); y el carpintero Néstor Altamirano (59), a quien le atribuyen haber alimentado y cuidado a la niña en cautiverio.
Los cuatro serán juzgados como «partícipes necesarios» del delito de «privación ilegítima de la libertad coactiva seguida de muerte» y sólo Villalba llegará detenido al debate, ya que actualmente cumple una condena en el penal de Rawson dictada en una causa por narcotráfico. Voceros de esa dependencia judicial dijeron a Télam que «está todo listo para la presentación de pruebas y para comenzar a diagramar el debate», al que serán convocados unos 50 testigos, la mayoría de los cuales ya declararon en el primer juicio oral en el que dos hombres fueron condenados a prisión perpetua y un tercero a cuatro años de prisión por el mismo hecho.