En 1981 nacíó en Mc Comb, Misisipi una de las estrellas del pop que marcaría a fuego a la música de finales de la década del 90. Britney Jean Spears comenzó su carrera artística desde muy pequeña, teniendo su gran oportunidad en 1992 participando del programa El Club de Mickey Mouse, con apenas 10 años. La bailarina y cantante comenzó una carrera meteórica, con miles de fans alrededor del mundo y que le han hecho vender más de cien millones de discos. En 1999, tras firmar un contrato discográfico con la compañía Jive Records, llegó la consagración de una adolescente Britney, vendiendo millones de copias, llenando estadios y encabezando largas giras por todo el mundo. Alabada por artistas de las talla de Madonna, la carrera de Britney Spears parecía no tener techo, pero como les ha pasado a varias y varios artistas que comenzaron sus carreras desde muy jóvenes, la presión de la fama, los entornos, y el coqueteo con las sustancias, le pasaron factura a la ‘Princesa del pop»’ y comenzó un capítulo turbulento de su vida. En los albores del año 2000, Britney Spears recibió su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, con tan sólo 21 años, siendo la artista más joven en contar con ese reconocimiento. Pero los problemas comenzaron a interponerse en su carrera hacia 2004, al punto que tuvo que dejar los escenarios durante tres años. Reapareció en el 2007, con un nuevo disco -Blackout- y otra vez fue recibida con los brazos abiertos por su leal público. La artista no pudo superar la crisis anterior y otra vez presentó comportamientos erráticos, y un deterioro físico notorio, por lo que la justicia e otorgó la tutela a su padre Jamie Spears a comienzos del 2008. Los fanáticos comenzaron a visibilizar la problemática que estaba atravesando la estrella, a través del hashtag #FreeBritney, que se viralizó en las redes sociales, Jamie Spears dijo que ese movimiento que habían generado los fanáticos era sólo una broma; sin embargo, los años pasaban y Britney no podía disponer de su vida.