Señor director:
Este domingo 22 de noviembre se cumplieron 71 años desde que se estableció la gratuidad universitaria en Argentina. Sin dudas, esto transformó el sistema de educación superior en Argentina. Lamentablemente este día no cuenta con una gran cobertura mediática a nivel nacional, es evidente fue Juan Domingo Perón el que lo dictaminó.
Debido a esto, me gustaría recordar que el 22 de noviembre de 1949 el decreto 29.337 del presidente Juan Domingo Perón suspendió el cobro de los aranceles universitarios. A 70 años de ese hecho histórico, el carácter gratuito de la universidad pública se ha convertido en uno de los pilares del sistema educativo nacional .
Como resultado de la sanción de la gratuidad, la matrícula estudiantil universitaria aumentó exponencialmente: mientras en 1945 había 47 mil estudiantes, para 1950 ya eran 80.445 y para 1955 eran 138.317. Recién con la dictadura militar iniciada en 1976 se generaría un retroceso en la inscripción de alumnos.
La sanción de la gratuidad universitaria de 1949 supuso un reconocimiento a los reclamos y a las luchas de generaciones anteriores. «Si uno mira en el año 1918, hay un proyecto de resolución de gratuidad de la enseñanza superior de los dirigentes estudiantiles Gabriel Del Mazo y Dante Ardigó con el fin de elevarlo al poder público. La iniciativa propuso constituir una universidad absolutamente gratuita y que esté caracterizada por ser abierta, amplia y democrática», contó Aritz Recalde, licenciado en Sociología y director de Posgrados de la Universidad Nacional de Lanús. Es decir, la gratuidad estaba presente en el ideario de los reformistas, aunque recién pudo plasmarse tres décadas más tarde.
Con el golpe de 1955 se produjo un retroceso en materia de democratización del acceso a la universidad, tras la derogación del entramado institucional y normativo del justicialismo. El gobierno democrático de 1973 eliminó los aranceles y las tasas académicas implementadas en los años sesenta y principios de los setenta. Sin embargo la dictadura militar del 76 nuevamente los introdujo. Con la vuelta a la democracia, las universidades eliminaron el cobro de aranceles, luego autorizados por la Ley de Educación Superior sancionada en 1995, bajo el menemismo.
Finalmente, en octubre de 2015, el Congreso aprobó una reforma de la LES y estableció que «los estudios de grado en las instituciones de educación superior de gestión estatal son gratuitos e implican la prohibición de establecer sobre ellos cualquier tipo de gravamen, tasa, impuesto, arancel, o tarifa directos o indirectos».
Sería interesante tratar de difundir estos datos a los jóvenes estudiantes que hoy creen que están en un banco de la universidad pública por propio mérito.
Alejandro Sámchez